
Por fin llegó el momento: los colegas de Valladolid querían ir al monte ¿A cuál? ¡Al Gilbo! Estaba bastante a mano desde Valladolid y, según las descripciones, era rápido de hacer (poco desnivel), con lo cual habría tiempo para otro obetivo importante: comer bien.
Toda la semana mirando las previsiones del tiempo, el día previsto era justo el último antes de que llegara la nieve.
Salimos prontito de Valladolid, y con niebla que se mantuvo hasta Guardo. Ya llegando a Riaño se nos mostraron (no los pillé tan bien como hubiera querido, fue desde el asiento de atrás y en marcha):
Cafecitos en Riaño y a Horcadas, aparcando los coches junto a la iglesia:
Recorridos por esa curiosa península que corona el Gilbo:
Comenzando a subir -entre una niebla que sabíamos que más arriba desaparecería- con una preciosa alfombra de hojas de roble:
El Gilbo y su cresta apareciendo:
En la campera de la Majada de las Pecinas, con un abrevadero-fuente:
El sol próximo a aparecer:
La niebla abajo y el esbelto Espigüete a la vista:
Continuando hacia arriba y derivando hacia la derecha en busca de una horcada por la que pasar a la ladera norte del Gilbo:
A partir de aquí, jitos y camino muy marcado, indicando claramente por dónde:
Al llegar a la horcada, los Picos de Europa enfrente, con la gran Peña Santa dominando:
Girando a la izquierda, en la ladera norte, por un cómodo camino por el que se ganaba altura rápidamente:
Mirando hacia la derecha, el espectacular Cueto Cabrón (parece tener un nombre muy apropiado) y el Yordas al fondo:
Subiendo hacia la cresta por una canalita (siempre muy marcado el camino):
El fotogénico Cueto Cabrón, la niebla cubriendo el agua del pantano y los Picos de Europa al fondo:
Y enfrente las espectaculares Peñas Pintas (también pendientes, con un intento hace muchos años que ni se inició por el mal tiempo):
Continuando la rápida y pendiente subida hacia la cresta:
Me entretuve un poco haciendo fotos y mirando y cuando salí a la cresta vi que mis compañeros estaban concentrados un poco más arriba. Pensé que habrían hecho una pequeña parada antes de llegar a la cima, porque, según había leído, faltaba un tramo de cresta aéreo y hasta el momento no lo había sido mucho, pero resultó que aquello era ya la cima:
Por fin:

Una cima cómoda, para estar un buen rato a gusto, con unas grandes vistas: hacia las Peñas Pintas, hacia el pantano y Riaño (todavía cubiertos de niebla), hacia el EspigÚete, ...:
El equipo completo:
Continúa.