Antes de nada he de advertir de los riesgos de esta ruta desde mi experiencia personal. El recorrido transita por uno de los parajes más salvajes que he visto en los Picos de Europa. Toda la zona de Arria me dio la sensación de estar muy poco transitada al haber desaparecido en muchos puntos el sendero que antiguamente la recorría. La mayor parte del recorrido atraviesa pasajes de difícil acceso, lo que hace complicada una retirada en caso de mal tiempo. Esta ruta sólo la recomiendo emprender con una buena predicción meteorológica ya que en caso de lluvia puede convertirse en una pesadilla. Huelga decir que para recorrer los 15km (aprox.) y completar el recorrido circular hay que tener buena orientación, resistencia, y experiencia para trepar/destrepar, superar pasos aéreos (no apta para personas con vértigo) y moverse por diferentes tipos de terreno. No recomiendo realizar esta ruta en sentido inverso.
''Arria'' era un nombre que llevaba dando vueltas en mi cabeza desde hacía tiempo. El problema es que apenas encontraba información para aventurarme por esos lares. Y la poca que encontraba era muy confusa en cuanto a la toponimia de la zona. Por eso, en este reportaje he intentado exponer la toponimia de las dos vertientes sin decantarme por ninguna: la de Valdeón y la de Caín. Aún así, yo lo aprendí tal y como se conoce en Valdeón, por lo que me parece más correcto

El coche lo dejamos aparcado en una caseta de información del Parque, a 1km del Mirador del Tombo. Unos metros antes de esta caseta sale una pista que retrocede y desciende hasta cruzar el Río Cares por el Puente Barrejo. A mano derecha dejamos la Necrópolis Medieval y seguimos la pista que, entre bosque, asciende zigzagueando hasta las Cabañas de Fresnedo que están restauradas. Al llegar a la última, la pasamos por la derecha por una senda que la va rodeando hasta salir a la loma de la izquierda que se ve en la fotografía.


Seguimos esa senda tan bien marcada y vamos cruzando la ladera en ligero ascenso. Cuando damos la vuelta a la loma y vemos el Argayo de Nuestra Señora, hay que estar atentos a no perder la senda ya que se introduce en el bosque y comienza a descender. La senda atraviesa el bosque por una especie de repisa estrecha llena de helechos que, literalmente, nos tapan. Este tramo característico es bastante largo y acaba en el mismo cauce seco del argayo que, como baje con agua, cruzarlo puede ser un problema.





Una vez cruzado el argayo la senda desaparece, por lo que tuvimos que buscar la mejor opción para comenzar a subir en diagonal la ladera de enfrente por el disperso Monte de Arria que nos llevaría hasta la famosa Estaca de Arria.




Al poco rato la senda y los hitos se pierden (o los perdimos). Pero no importa, sólo hay que seguir ascendiendo en diagonal hasta que la ladera se acaba. Es en este punto donde reencontramos los jitos (círculo rojo) y, pasando por La Estaca, nos elevamos a la Traviesa de Arria dándo un giro de 180º. El paso de La Estaca de Arria no supe lo que era hasta que lo ví: consiste en una canalizo cortado sobre el vacío al que se accede por un pequeño sedo fácil, eso sí, con un desventío brutal. Una vez superado ese pasito (azul) entramos en la canaleta de piedras sueltas en la que hay que trepar sin muchas dificultades (II-/II) pero sabiendo lo que hay debajo











Al principio, la traviesa es fácil y, dado que estamos a una buena altura en la peña, nos ofrece bellas panorámicas.




Aunque la traviesa no es muy larga, a medida que avanzamos gana en inclinación y se estrecha. El mínimo indicio de sendero que transcurre por ella se ha ido perdiendo con el paso del tiempo y la falta de uso.


Pero antes tenemos un problema. El maltrecho sendero continúa empeorando y la traviesa inclinándose hasta llegar al punto más peligroso, no sólo de la traviesa, sino de toda la ruta (este paso lo he señalado en la 2ª foto). La senda ha sido barrida por los aludes y argayos que caen de arriba en el punto de máxima inclinación de la traviesa. Este es un pasaje de tremenda exposición al vacío que consiste en dar un giro a una loma de la traviesa y cruzar un pequeño pedrero de unos 3m de ancho que se precipita a los abismos, a 3m también





Desde El Collaín bajamos unos pocos metros hasta introducirnos en la Canal de Arria. Ésta transcurre entre dos paredones verticales (Torre de Arria y Tiro del Cura) y no tiene salida por la parte baja, por lo que la dirección que hay que seguir es evidente. Es una canal durísima y muy pindia, pero corta. Ascenderla a las 4 de la tarde bajo un sol abrasador como hicimos nosotros no es nada recomendable. La canal termina en la Cda de Arria a la que accedimos por su parte derecha. Desde ese punto están hechas las siguientes fotos.




La vista hacia el Macizo Occidental desde la Cda de Arria es sencillamente privilegiada. Es una maravilla ver aparecer el Cornión tras remontar la canal. Sólo por esto a mí la ruta ya me mereció la pena. La canal que baja hacia el otro lado de la Cda de Arria y que queda encajonada entre las dos paredes de la fotografía es Tres las Torres de Arria (intransitable).




Y la última foto desde la Cda de Arria está hecha hacia la Jorcada de La Teja. Ahí tenemos que subir para dar vista a Moeño y comenzar a descender. Aunque es una cuesta dura se llega sin problemas por un sendero que cruza una panda de hierba por la parte alta. Esa panda vierte hacia la canal antes citada y con lluvia puede ser una travesía muy peligrosa.


Una vez en la Jorcada (1.462m, punto más alto del recorrido) miramos para abajo y vemos el espectacular torreón (también se ve el dedo rocoso) que queda sobre la Cda: es la Torre de Arria en la que, a pesar de parecerme inexpugnable, un rebeco nos contemplaba desde la misma cima





Esta bajada pensé que sería más sencilla, pero lo cierto es que fue bastante más compleja







Descendemos por los pequeños pedreros de Las Correntías para ganar tiempo. Mientras bajamos la oscuridad y la niebla comienzan a adueñarse de las montañas más bellas de los Picos de Europa.


Al llegar a la Cda Pando, en vez de irnos a Caín, bajamos por la Majada el Arnao y salimos al Puente de Piedra. Aún nos quedan 4km que remontar por la carretera hasta la caseta de información






Llegamos al coche a las 10 de la noche y aún quedaba el viaje de vuelta a León.


Esta ruta es de esas que a uno le marcan y no olvidan fácilmente. Espero que os haya gustado y que os haya transmitido una pizca de mis sensaciones al recorrerla. Si alguien se anima a conocerla, por favor, cuidado

¡Saludos!
PD: Las fotos son de dos cámaras diferentes. Las del zoom son de una réflex nueva y quedan muy bien, pero aún estoy aprendiendo a manejarla y ciertos efectos, como los reflejos luminosos de la luz del sol, han estropeado ligeramente alguna foto. Lo siento.