1.- Comenzamos atacando el Sedo del Cuevón. Hace ya unas fechas, algún forero se interesó por este paso. Está encima de la Vega la Piedra, después de la última cabaña. También se puede ir por Los Llanos del Burdio, solo que en esta caso al llegar a ellos hay que tirar hacia arriba y no seguir el Camino de la Madera. Hasta hace poco, tres hayas indicaban su situación; pero hemos comprobado que ha desaparecido una de ellas, así que fijaros bien que hay que subir hacia las dos última hayas, por la derecha, de esa pindia ladera. Al bajar por ese Sedo se mató el 26 de julio de 1989 el guarda del Parque Iñaqui Arregui, uno de nuestros primeros himalayistas y un gran escalador. Participó en la primera invernal de la Vía Sabadell en la cara oeste del Naranjo. Por ese sedo se entra en La Joyosa del Cuevón y se sube hacia La Rondiellina con una trayectoria diagonal hacia la derecha. Os pongo una fotografía tomada desde el aparcamiento y señalo el sitio del Sedo y la subida por La Joyosa:

2.- El Sedo está facilitado por la instalación de unas vigas de hierro, unas en horizontal y otras en vertical, con unos alambres que instaló Juan Menéndez, uno de los hermanos de "Los Melendos", famosísimos pastores que recorrieron todo el Cornión. Todavía lleva su ganado a Gusteguerra y sube y baja, con 84 años, por ese Sedo. Os pongo una foto de otro día distinto en la que estoy con él y con el guarda del Parque Pincho:

3.- En el comienzo, hay que salvar un zócalo rocoso. Es de tener en cuenta que estamos en la base de la ladera norteña de Los Gurbiñales, donde nunca da el sol. Las rocas están casi siempre húmedas y resbalan mucho. hay que poner especial atención. Chus* ya ha salvado el primer peldaño:

4.- Llegamos de inmediato al sitio en que están instaladas las vigas de hierro:

5.- Nada más superar el sedo, aparece un un rincón a la izquierda, en una esquina con grieta que forma la pared, El Cuevón. Tenéis que recordar que en los Picos la terminación en "on", en vez de ser un aumentativo, es un disminutivo. Así: un Casetón es un edificio pequeño, un Canalón es una canal de poco recorrido y un Cuevón es una cueva de reducidas dimensiones. Aquí la tenéis:

6.- Después, hay que adentrarse en La Joyosa del Cuevón. También conviene recordar que los bosques de hayas se llaman "joyosas". Juan Menéndez puso hace muchos años unas señales en los árboles para marcar el recorrido. Al crecer las hayas han desaparecido muchas de esas marcas, pero algunas se mantienen:

7.- Como dije antes, hay que elevarse diagonalmente. La referencia la tenemos en el dato de que hay que salir por la derecha de la alta elevación redondeada. Allí está el prado que nos baja a La Rondiellina:

8.- Bajamos y subimos por la loma del frente, que nos conduce al collado por el que se desciende a Gusteguerra:

9.- Ahora, ho hay más que bajar y bajar. La mejor senda está a la derecha. Por ella se va con alguna comodidad. Como el entorno es tan impresionante y los ojos van hacia todos los sitos, conviene pararse si se quiere contemplar el paisaje porque en la bajada no podemos quitar la vista del suelo que pisamos. Al bajar, empezamos a ver el camino a Jul Paré y el canalizo de piedras que sirve de acceso:

10.- Enfrente, tenemos la Canal de Chizidi:

11.- Llegamos a la cabaña de la majada. Bueno, a sus ruinas. Voy a transcribir algunas cosas de esta majada que cuento en mi libro "El Cornión, pastores y majadas". Los que lo tengais o lo hayais leído tenéis que perdonarme. Pongo lo que sigo en beneficio de los que no lo hayan leído: La majada no era más que esa solitaria cabaña sita en un pequeño hombro de la pendiente ladera. Me contó Remis que existían huellas de otras cabañas, pero él solo conoció a un pastor llamado Juan García, El Roxín, de Següenco. Cuentan la anécdota de que no lograba dormir a causa de la cercanía de los lobos, que acechaban dispuestos a atacar al ganado. Su vigilancia y el miedo tenían a Juan en un continuo desvelo, lo que le hacía adelgazar a ojos vistas. En una ocasión que fue a su casa de Següenco, su madre le recriminó por su extrema delgadez, a lo que respondió: "¡Ay, má! Todo lo que gano de día piérdolu de noche". En su última época, contó con la compañía de su hijo Antonio. Después estuvo José Antonio Fernández Blanco, también de Següenco y sobrino del famoso Avelino Blanco Narciandi, el de las cuevas del Jayáu y de Jelipe. José Antonio era también Guarda del Parque y falleció en accidente de coche. De él hablo en extenso en mi próximo libro sobre la Garganta del Dobra. A continuación, estuvieron aquí "los de Rodrigo", es decir, Rodrigo y sus dos hijos Manuel y Antón, de Següenco. Por último, trajo y trae sus ganados Juan Menéndez, pero sin hacer majada. En la foto, estoy en la entrada de la cabaña:

12.- Seguimos atravesando la ladera:

13.- Conviene ir bajando poco a poco, por los sitios que parezcan mejor a cada uno, pero siempre por esta ladera. Pasamos por Fuente Prieta, que es una surgencia con abundante y rica agua que brota muy cerca del río:

14.- Hay que seguir todavía un buen trecho. Se encuentra una trocha que nos lleva a la orilla, allí donde, al otro lado, aparece una pequeña vega verde, que separa el Monte Los Someanos, a la derecha desde nuestra posición, y La Joyosa de Verdepelao, a la izquierda y por donde tenemos que internarnos. Aquí tenemos que cruzar el río, que venía con bastante agua. Chus* en el vadeo:

15.- Hay que subir La Joyosa en diagonal hacia la izquierda:

16.- Al comienzo de una marcada traviesa, por la que hemos de subir en busca del canalizo de piedras que supone el acceso a Jul Paré, encontramos otro cuevón, el cual puede servir de referencia para los que se dispongan a hacer este recorrido:

17.- Al terminar esa traviesa, proseguimos por La Joyosa:

18.- Llegamos al canalizo de piedras, que está totalmente despejado de árboles. Tenemos que remontarlo:

19.- Damos una vista atrás desde ese canalizo de piedras:

20.- Entramos en la empozada y solitaria majada de Jul Paré, cuyo nombre proviene por estar, evidentemente, en un jou y por tener un gran paré que se extiende por todo el muro rocoso de su cierre del sur:

21.- Las ruinas de la cabaña. Vuelvo a recoger datos de mi mencionado libro: El pastor más antiguo que se recuerda fue Florentino Alonso, de Següenco. Estuvo en el primer tercio del siglo XX. El más conocido y recordado fue Ramón Fernández, "El Caraxu", de Següenco y tío también de José Antonio Fernández Blanco.Era de más edad que José María Remis. Después fue su sobrino Jaime Fernández Blanco, de Següenco, hermanastro de José Antonio, quien se mantuvo durante cinco años. Le sustituyó Amado, de Cardes, seguido por Alonso Granda Nicolás, de Mestas de Con, el cual estuvo poco tiempo. Los últimos pastores que hicieron majada fueron Pedro y Felix, los de La Gusteriza, de Llanos de Con:

22.-Salimos por la cuenye de la parte norte, por frente de La Ingiesta Las Fuentes, que vemos en todo su desarrollo:

23.- Llegamos al río Junjumia. Seguimos contracorriente:

24.- El río presenta rincones preciosos. Pongo uno, como ejemplo, pero hay otros saltos que bien merecían estar en este reportaje. No los pongo para atenerme en todo lo posible al número de fotos reglamentario:

25.- Llegamos a esa paraje incomparable donde están Los Ojos del Junjumia:

26.- Desde aquí decimos adiós a la cuenca del río, por donde hemos venido:

27.- Decidimos no subir a Vega Redonda, sino hacerlo por la majada de Junjumia. Todos mis informantes coincidieron en señalar como ocupante de esta majada a Ramón Sánchez, "Moreno", de Cavielles. Es obvio que antes hubo otros, pero nadie se acodaba de sus nombre. El último fue el ya citado Jaime Fernández Blanco cuando dejó Jul Paré. Ya no hubo más pastores que majadearan. Vista de la majada:

28.-Subimos por su ancestral acceso:

29.- Como hemos decidido hacer una ruta alternativa, sin ir por la habitual, no nos dirigimos hacia el Collado Gamonal. Continuamos por la cabaña de Paré Cabeza. En ella estuvo la Tía Esperanza, de Labra, que vivió 105 años. Murió sobre 1980. Remis me dijo de ella que "estuvo en esta majada la vida entera". Después la uso Ángel Mones, de Corao. No sé quien utilizará ahora la cabaña, sin hacer majada en ella, pero en la puerta hay un candado nuevo y además el edificio está retejado y con buena conservación, síntomas de su uso. En la foto, vemos a la izquierda, detrás de la cabaña, el paré bien muriado situado bajo la cabeza rocosa, circunstancias que dan nombre a la majada:

30.- Continuamos por este lado, cerca de las rocas, sin acercarnos a La Rondiella. Esto nos permite pasar por sitios muy poco conocidos. Comentamos Chus* y yo el gregarismo que dirige nuestras actividades, de manera que cuando vamos hacia Vega Redonda o volvemos, todos nos acomodamos a la senda habitual sin buscar otros itinerarios. Un simple desvío de ciento cincuenta metros nos permitiría conocer otros rincones donde hay restos de cabañas y de rediles de La Rondiella y conocer también esta interesante fuente:

Finalmente, bajamos por los lugares ya sabidos de Vega Canraso y Vega La Piedra. No pongo ninguna fotografía, por innecesarias.
Fue una actividad muy satisfactoria.
Saludos