Camino de Santiago del Norte en acuarelas.
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- Pepe García
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- Registrado: Mié Nov 30, 2005 11:38 pm
- Ubicación: Asturianu en Valladolid
Camino de Santiago del Norte en acuarelas.
Recopilación de todas las acuarelas –con unos sintéticos relatos- que pinté del Camino de Santiago del Norte (Costa/Primitivo) y que fui publicando en mi “Exposición de dibujos” del Foropicos.
ETAPA 1: IRÚN – ORIO - 43 Km.
Dura etapa, como todos los inicios, y con una distancia importante, para ir calibrando mis posibilidades y cogiendo confianza. Llena de momentos memorables: subida y largo flanqueo del Jaizquíbel, cruce en barca por Pasajes (dos barcos más tendría que coger en el Camino de la Costa, con el mar casi siempre muy presente), San Sebastián (nada menos), subida al Monte Igueldo, largo, solitario y precioso camino a Orio, vivac en una iglesia con compañía de dos chicos de Marruecos de botellón, ...
Me quedo con una imagen del único sitio en el que no tuve que andar: el cruce en barca en Pasajes. Mirando hacia atrás (un poco raro con todo lo que tenía por delante) para ver cómo volvía la barquita, en la que acababa de cruzar, para hacer otro viaje:
ETAPA 2: ORIO – DEBA - 27,9 Km.
Etapa de una longitud más “normal”. Continuaba el mar (Zarauz, Guetaria, Zumaya, Deba, ...), pero también bonitos territorios del interior en los que se "disfrutaba" de potentes subidas y bajadas. Encuentro con una persona misericordiosa ("dar de comer al hambriento") y albergue en Deba, porque conviene ducharse de vez en cuando y lavar la ropa.
El Ratón de Guetaria, que se tiene a la vista durante mucho rato: desde algo antes de Zarauz y desde el bonito paseo costero que hay entre Zarauz y Guetaria:
ETAPA 3: DEBA – BOLÍVAR - 28 Km.
Etapa, aunque no muy larga, bastante dura. Terrenos muy solitarios, prácticamente sin pueblos, que obligaban a llevar comida y bebida para todo el día. Fuertes desniveles, comenzando con una dura subida, continuos sube-baja y terminando con otra dura bajada. Me perdí al principio y me reorientaron unos chavales de Motriko. Adiós, de momento, al mar. Comienzo de una preocupante tendinitis en un pie. Encuentro con una carrera de montaña, en la que, muy amablemente, me avituallaron. Sin albergue en Bolívar, pero con un porche muy bueno en la iglesia y una tarde buenísima con un río que me sirvió de bañera y de lavadora de ropa.
Preciosos territorios solitarios, la primavera estallaba con fuerza por todas partes (cerezos y manzanos en flor, hojas nuevas con verdes brillantes, ...), como cuando pasé junto a una casona-torreón llegando a Markina (¡menuda birra cayó!), cerca del final de la etapa:
ETAPA 4: BOLÍVAR – LEZAMA - 39,5 Km.
Etapa muy bonita y muy dura. Dura por los fuertes desniveles a salvar y porque la hice muy larga, casi 40 Km. Salí muy pronto, todavía de noche, poco después de las 5. Algún extravío por territorios complicados, boscosos y no muy bien señalizados. Cafecito en Gernika y más subidas y más bosques. El Amboto a la vista. Comienzo de unas preocupantes ampollas en los pies. Fin de etapa en Lezama (sin albergue) descubriendo lo bien que se duerme bajo un columpio de una zona de juegos de niños.
Una de las zonas intrincadas y de bosque antes de Gernika, con Olave o Marmiz a la vista, poco antes de que me orientara un señor que estaba segando:
ETAPA 5: LEZAMA – NOCEDAL - 32 Km.
Bilbao estaba ya cerca, pero, manteniendo la tónica de dureza (y belleza) del Camino Vasco, no iba a ser sencillo llegar: había que pasar por encima del monte Avril (vecino del Artxanda) y entrar al Botxo desde arriba, por la basílica de Nuestra Señora de Begoña (lo representado en la acuarela).
Encuentro con más gente misericordiosa: un amigo bilbaíno -Alberto, al que había conocido peregrinando por el Camino Francés- me llevó a su casa, donde me tenía preparada ¡una bañera con agua caliente! (buen desquite después de dos días bañándome en un río y lavándome en una fuente), me llevó a comer a un sitio muy agradable y me acompañó hasta Portugalete.
Un buen porche de iglesia en Nocedal para pernoctar.
ETAPA 6: NOCEDAL – PONTARRÓN DE GURIEZO - 38 Km.
Larga andada, todavía de noche, por un camino ciclista-peatonal (“bidegorri”) hasta Ciérvana y la playa de La Arena. Precioso amanecer (“tan hermosa madrugada nunca nadie disfrutara…”, como cantaba Víctor Manuel). Reencuentro con el mar, que seguiría muy presente durante varios días. Entrada en Cantabria y largo paseo costero hasta Castro Urdiales. Cafecito con una vista de lujo, según representa la acuarela y dice la canción (“¡qué bonito es Castrooo…!”). Aún largo recorrido por territorios desconocidos y a veces algo intrincados: Allendelagua, Cérdigo, Islares, … Vistas espectaculares hacia el mar y llegada al Pontarrón de Guriezo, con albergue donde lavar la ropa y el peregrinaje de dos días. Previsión de lluvia para el día siguiente.
ETAPA 7: PONTARRÓN DE GURIEZO – GÜEMES - 45 Km.
Día de mar y campo. Duro comienzo de etapa: de noche todavía y lloviendo fuerte. Estreno de la nueva capa, que funcionó muy bien. Larga andada hasta Laredo por el valle de Liendo. Largo se me hizo también el recorrido por el paseo marítimo de Laredo hasta el Puntal. Agradable encuentro con mi hermano Manolo. Cruce en barco a Santoña. Subida al Brusco acompañado por mi hermano hasta dar vista a la playa de Noja. Largos también los más de 3 Km de playa hasta Noja. Se me ocurrió intentar llegar a Güemes, donde había un buen y famoso albergue: el del Padre Ernesto. Siguiendo con la tónica del día, largo y duro recorrido por terrenos algo confusos, llegando a hacerme en un momento de dudas -atravesando unos prados con pocas señales- las tres preguntas clásicas: ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? Aún no sabía que pocos días después iba a encontrar respuestas muy precisas a las tres preguntas. Llegada por fin a Güemes, con un albergue realmente bueno y original, con muchos peregrinos, muchos más, por cierto, de los que se encontraban por los caminos.
La acuarela es de un momento del largo paseo marítimo de Laredo. Mirando a la izquierda había una enorme cantidad de monstruos de ladrillo y cemento (un anticipo, cuando se construyó, del desmadre urbanístico que iba a haber en España). Pero mirando hacia la derecha, hacia el Cantábrico y el Monte Buciero, la vista era mucho más relajada:
ETAPA 8: GÜEMES – SANTANDER - 11,5 Km.
Por fin una etapa corta para llegar pronto a Santander y disfrutar de ello (y descansar un poco, por fin).
Corto recorrido hasta Somo para coger el barco que, a través de la bahía, me llevaría a Santander. Me gustó mucho entrar a Santander de esa manera porque cuando llegué a vivir allí en 1960 (hasta 1970) lo que más aprecié fue la cercanía del mar (vivíamos en Peña Herbosa) y precisamente su bahía. Recordé la compañía de barcas “Los Diez Hermanos”, que hacían entonces la travesía Santander – Pedreña/Somo.
Me esperaba en el muelle mi hermano Manolo. En una foto suya, conmigo en la cubierta de proa, está basada la acuarela.
En su casa –el mejor “albergue” del Camino- recordé las Obras de Misericordia que estudiamos de pequeños. Especialmente las dos que dicen: “Dar posada al peregrino” y “Dar de comer al hambriento”.
Recorrido nostálgico por Santander (los sitios donde había estudiado, los cines a los que había ido, …), unas birras por la tarde con dos buenos amigos -Edu y Fernando- en el faro de Cabo Mayor y noche agradable con mi hermano y su/mi familia.
ETAPA 9: SANTANDER – CÓBRECES - 42 Km.
Preciosa salida de Santander antes de amanecer (la Catedral en la acuarela).
Alameda de Oviedo, Cuatro Caminos, carretera hacia Asturias… y entonces me di cuenta de repente de A DÓNDE IBA. Fue un descubrimiento deslumbrante. El orden del viaje estaba siendo: Valladolid, País Vasco, Santander y ahora Asturias. Justo, en orden inverso, los sitios por lo que había ido pasando en mi vida, con muchos recuerdos en todos ellos. ¡No iba a Santiago, estaba viajando hacia mi niñez! Entonces supe que cuando llegara a Villaviciosa TENÍA QUE SUBIR A SIETES, al pueblo donde había nacido. Y de momento, eufórico, me puse a cantar “Volver”, de Gardel.
Peñacastillo, Santa Cruz de Bezana, cruce de un puente en Boo de Piélagos –que me recordó a la película “Stand by me”- para ahorrar kilómetros, … Santillana del Mar. En Santillana pensé en quedarme, pero había mucha gente y preferí seguir hasta Cóbreces, con un buen albergue en la abadía cisterciense, muy amablemente atendido por sus monjes.
Asturias estaba ya al alcance, a una etapa.
ETAPA 10: CÓBRECES – COLOMBRES - 39 Km
Amaneció un día muy limpio y, poco después de salir, en un pequeño alto, se me aparecieron espectaculares los Picos de Europa, cuya vista me acompañaría prácticamente todo el día.
Comillas, la Ría de la Rabia (donde vi una "huella" de mi hermano "Toyos"), El Tejo en un alto (muchos Picos en el horizonte), ... y San Vicente de la Barquera con sus mejores galas (en la acuarela):
En Unquera cafecito con "corbatas" (¿qué mejor sitio para comerlas?) y sorprendente, casual y muy agradable encuentro con mi amigo Pocholo, que volvía de los Picos.
Entrada a la "potente y desmesurada" Asturias -como bien me demostraría durante los nueve o diez días siguientes- y albergue en una casa de indianos en Colombres.
ETAPA 11: COLOMBRES – NUEVA - 40 Km.
Avanzando ya por Asturias, con la intención de llegar lo más pronto posible a Villaviciosa. Tierras de indianos, mucho mar (las "30 playas" de Llanes, "bufones"), paisajes cinematográficos, Pendueles, Llanes, Barro, San Antolín de Bedón, ... y "albergue deportivo" (un polideportivo) en Nueva.
ETAPA 12: NUEVA – VILLAVICIOSA - 50 Km.
La etapa más larga de este Camino, porque quería llegar ya a "casa", a “La Villa”.
Madrugué mucho y fui casi de noche hasta Ribadesella. Encuentro con un amigo ciclista. Precioso camino costero - con el que me despedí del mar para el resto del Camino- por una zona muy conocida por la que siempre había querido peregrinar: Arenal de Morís (en la acuarela), La Espasa, La Isla, siempre con Lastres al fondo:
Después, Colunga, Pernús, el potente Altu de la Llera, Priesca con su iglesia prerrománica:
Llegada a Sebrayo, donde hay un albergue y la amable hospitalera me selló la credencial. Desvío (retrocediendo) del Camino unos cientos de metros (el Camino no pasa por allí) para ver la iglesia de Santa María de Sebrayo, prácticamente escondida entre unos eucaliptos:
Últimos kilómetros para llegar a “La Villa”, a donde llegué algo perjudicado (lo remedió un tubo de Natusán). Sellado de la credencial en el Ayuntamiento y "albergue" (muy bien atendido por mi hija Eva y mi yerno Benja) en mi casa.
ETAPA 13: VILLAVICIOSA - SIETES – VILLAVICIOSA - 22 Km.
Desde que descubrí en Santander que, más que un camino a Santiago, estaba haciendo un camino hacia atrás por mi vida, tuve claro que al llegar a Villaviciosa tenía que subir a Sietes, donde había empezado todo para mi.
Subida por el "Camín a Cuadonga" y encuentro en Sietes con mis recuerdos y mi niñez : mis padres, la casita en la que nací, la escuela, ... Emocionante. Descubrí que los sitios son muy distintos -mucho más intensos- cuando se llega a ellos andando. Allí comenzaba un nuevo Camino: el de un pelegrín de Sietes a Santiago. Ya tenía claro quién era, de dónde venía y a dónde iba.
Aproveché la estancia en Villaviciosa (¿qué mejor sitio?) para sidratarme un poco en buena compañía.
ETAPA 14: VILLAVICIOSA – POLA DE SIERO - 26,8 Km.
La iglesia de Santa María de la Oliva, saliendo -en una madrugada lluviosa- de Villaviciosa hacia La Pola, para iniciar el Camino Primitivo:
En el Camino hacia La Pola hay dos opciones, una de ellas parece que es el Camino original, por San Pedro Ambás más o menos, pero la otra -más dura- pasa por Valdediós. Mi guía recomendaba la segunda, y yo también la recomendaría, sin duda, pasando por un verdadero "Valle de Dios" -y más si se llega a él andando ("El Conventín", de Arte Asturiano, en la acuarela)- con una potente salida hacia el Alto de La Campa por Villaoscura y Villarica. Cafecito en Vega de Sariego (es curioso, creo que no había estado nunca allí, o si había estado no me había enterado, en coche no es lo mismo que andando) y parada en Pola de Siero (La Pola), con muy buen albergue (una habitación de hospitalero me dieron, con baño privado) y encuentro con "Manolín el de Pinón" (mi infancia otra vez) de sacristán en La Pola.
ETAPA 15: POLA DE SIERO – ESCAMPLERO - 28,9 Km.
Etapa muy importante del Camino del Norte por pasar por Oviedo, que no sólo es propiamente el inicio del Camino Primitivo, sino que es también meta de otro Camino, el del Salvador: "Quien va a Santiago y no al Salvador, visita al Criado y deja al Señor".
Siempre muy agradable Oviedo para mi, y muchos recuerdos (aquél Instituto en el que me examinaba, aquellos dibujos “a mano alzada”, aquella Pensión Pravia, ...).
Después de un buen rato (visita al Salvador, cafetín, ...) seguí hasta Escamplero -sitio del que nunca había oído hablar-, donde había un albergue. El tiempo complicado -que habían anunciado- ya estaba en marcha, con algún chaparrón fuerte y nieve en las alturas, Monsacro, Aramo, ...
Por la tarde-noche disfruté de otra Obra de Misericordia: Elisa Villa me fue a buscar, me llevo a su casa, "dió de cenar al hambriento" y me devolvió a Escamplero con muchas energías para el Camino Primitivo.
ETAPA 16: ESCAMPLERO – SALAS - 35,5 Km.
Un día precioso, pero duro -con lluvia fuerte, casi constante, y cada vez más nieve en las alturas-, aislado dentro de mi capa como en un mundo aparte.
Cruce de ríos importantes: el Nora, el gran Nalón y el Narcea. Parada reconfortante en Grado (cafecito y quesu de afuega el pitu). El Altu de Cabruñana ("Tengo de cortar un roble, … entre les rames non veo", decía la canción de José Noriega). Bocadillo y una gran caña en Cornellana. Caminos y caleyines ante la vista y bajo los pies, siempre guapos y siempre con abundantes y grandes charcos.
Encuentro en Salas con los "Carajittos del Profesor", de donde me vino mi afición actual a hacerlos (no hay mejores barritas energéticas) una vez que conseguí la receta.
ETAPA 17: SALAS – BORRES - 34,5 Km.
Desde Irún hasta Villaviciosa me había saltado el "guión" (las etapas que marcaba mi guía) varias veces, llegando en 13 etapas, cuando en la guía marcaba 17,5. Una vez en el Camino Primitivo (bien dotado de albergues), me dije que bien podía, a partir de Salas, ceñirme a las etapas marcadas, de modo que me tocaba ir hasta Tineo.
Después de varios días complicados de lluvia, estaba anunciado un día con sol (antes de que volviera de nuevo la lluvia ... y la nieve), que no vendría mal para la dura (pero progresiva y preciosa) subida a las alturas, a La Espina.
Al salir de Salas (no muy pronto, porque hasta Tineo no había muchos kilómetros) ya daba el sol en la colegiata de Santa María la Mayor:
Después de la subida a La Espina, me movería cuatro o cinco días por alturas de 700 - 900 m. y de hasta algo más de 1.100 m.
Se hizo algo larga, pero agradable, la llegada a Tineo (que se esconde detrás de una loma) por aquellos altos territorios. Cuando estaba instalado en el albergue -un buen albergue- y había tomado un café en un bar cercano, de repente me di cuenta -con mucho día por delante- de que hacía muy bueno para seguir andando, que el día siguiente tendría que pasar por un alto de 900 m. y que anunciaban de nuevo lluvia, de modo que ¡volví a saltarme el guión!: recogí todo el material desplegado en el albergue, me hice con un bocadillo, con algo de fruta y con una cerveza, me lo comí en la plaza de Tineo (lo representado en la acuarela), ¡y al Camino de nuevo!
Tarde muy agradable -"disfrutando" de unos 15 Km extra-, con algún encuentro con peregrinos conocidos, y llegada al albergue de Borres.
La etapa siguiente se presentaba dura: habría que subir al techo del Camino, al amenazador (con la meteorología prevista) Puerto del Palo.
ETAPA 18: BORRES – BERDUCEDO - 34,5 Km.
Si empleara el argot ciclista, esta habría sido la "etapa reina" del Camino del Norte: Por alcanzar en ella el "techo" del Camino en los más de 1.100 m. del Puerto del Palo, por pasar por unos territorios salvajes de una belleza espectacular y por tocar hacerla en un día de esos duros, que dan a lo que se hace un aire casi épico.
Lloviendo hasta Pola de Allande, de la que comprendí bien su nombre (allande, allende) al llegar a ella andando. Un cafecito y tremenda y preciosa subida al puerto del Palo -impresionante paisaje desolado- con niebla y nieve en su cumbre, el increíble Montefurado (con antigua historia de peregrinajes) -situado en un inhóspito lugar en medio de ninguna parte-, y acogedor albergue en Berducedo, con muy buen ambiente de varios peregrinos ya conocidos.
En la acuarela, un camino al principio de la subida al Puerto del Palo (la flecha amarilla -amiga de los peregrinos- en una piedra al fondo).
ETAPA 19: BERDUCEDO – GRANDAS DE SALIME - 19,6 Km.
Otro día con lluvia. Etapa corta, pero dura. Paso por La Mesa y subida a Buspol (en la acuarela, una pequeña iglesia cerca de Buspol) para después hacer un fortísimo descenso de unos 800 m. hasta la presa de Grandas de Salime. Sobrecogedor paisaje lleno de "arqueología industrial".
Subida por carretera y por un caminillo empapado de agua hasta Grandas de Salime, con un muy buen albergue.
Al día siguiente entraría en Galicia. Se podían empezar a contar ya los días hacia atrás: si seguía las indicaciones de mi guía me faltarían ocho días.
ETAPA 20: GRANDAS DE SALIME - FONSAGRADA (PADRÓN) - 27,5 Km.
¡Llegada a Galicia!, ni imaginada cuando peregrinaba por los territorios vascos, cántabros, ...
Tiempo más benévolo, ya sin lluvia. Subida fuerte al segundo techo del Camino del Norte, el Puerto del Acebo, casi tal alto como el Puerto del Palo. Celebración de la entrada en Galicia con un café con gotas en una venta en el mismo puerto, con ambiente de peregrinos. Fonsagrada a la vista a lo lejos entre la niebla, acercándose poco a poco, y un día cada vez más soleado. El albergue (bueno -como todos los gallegos- y con el agradable encuentro con varios peregrinos conocidos), en una aldea -Padrón (en la acuarela)- poco más de 1,5 Km después de Fonsagrada.
ETAPA 21: FONSAGRADA (PADRÓN) – CASTROVERDE - 31,8 Km.
Por fin un día despejado, con el cielo limpio, y frío, con escarcha, ideal para andar.
Una nueva subida -casi hasta los 1.000 m- al alto de Montouto, con grandes vistas. Bajada (en la acuarela), con una mañana preciosa, hacia Paradavella.
Inolvidable mesón, con el más generoso café con gotas que he visto nunca. Degolada, A Lastra, problemas con unos perros que me hicieron perder el camino, una gran caña para recuperarme, ... Mi guía daba como fin de etapa Cádabo Baleira, pero en Padrón me había enterado de que había un nuevo albergue ocho kilómetros y medio más allá, en Castroverde. Superación de otro alto -900 m- y fuerte bajada (se terminaban ya los puertos y las grandes alturas) a Castroverde. Lugo quedaba casi al alcance de la mano.
ETAPA 22: CASTROVERDE – LUGO - 23,8 Km.
Preciosa mañana en un día con inversión térmica (niebla en los valles, despejado en los altos) y escarcha en la hierba. Agradable aproximación a Lugo, al que había dejado ya cerca en la etapa anterior para tener tiempo para disfrutar de la ciudad. La quinta y última gran ciudad (capital de provincia) del Camino del Norte (San Sebastián, Bilbao, Santander, Oviedo y Lugo), que tiene una más que el Camino Francés (Pamplona, Logroño, Burgos y León). Con tiempo para rodear la ciudad por su gran muralla, para ver su gran catedral (en la acuarela), para saborear alguna cerveza en algún agradable bar, ... Buen albergue, pero... sin cacharros en la cocina.
En teoría me faltaban sólo cuatro días de Camino, pero me estaba apeteciendo saltarme el guión al día siguiente, casi echaba de menos las incertidumbres de los primeros días de Camino.
ETAPA 23: LUGO – VILAMOR - 41,3 Km.
Primera parte de la etapa, casi desde Lugo, en compañía de tres peregrinos franceses ya amigos. Territorios muy agradables para andar y con pocos desniveles. Según mi guía había que ir hasta un albergue en San Román, pero me apetecía ir más allá, quizá para reducir un día o para reencontrarme con algo de la aventura y la incertidumbre de las primeras etapas. Pasado San Román había otro albergue en Ferreira, poco después de dos variantes que se juntaban en una zona muy bonita con un puente romano (en la acuarela).
Casi todos los peregrinos que conocía se quedaron allí, pero yo -después de una buena cerveza y de comer- seguí. Como en Tineo, hacía muy bueno para seguir andando, y para el día siguiente se anunciaba lluvia. Llegué a otro albergue -en As Seixas-, otra cerveza y continué. Un alto muy bonito de unos 700 m ¡y Melide (enlace con el Camino Francés, con lo ya conocido) a la vista a lo lejos! Al día siguiente -con lluvia- seguro que no tendrían tan buenas vistas. Había que ir buscando sitio para dormir y lo encontré en Vilamor -después de cenar algo en un bar- en una muy buena habitación individual: una parada de autobús (recordé los precarios, aventureros y apasionantes primeros días de Camino).
ETAPA 24: VILAMOR – ARZÚA - 21,5 Km.
Cómodo desayuno "en la cama", en mi "hotel" individual de Vilamor. Confluencia con el Camino Francés en Melide, celebrado con un re-desayuno esplendoroso: café con gotas y... ¡pulpo con Ribeiro! (¿que otra cosa mejor en Melide, sea la hora que sea?). Abundancia de peregrinos, grupo tras grupo, y caminos ya conocidos, pero muy bonitos, acondicionados ingeniosamente para la abundancia de agua en Galicia:
En Boente entré en una pequeña iglesia, a sellar la credencial, y tuve la alegría de encontrarme con un pequeño Santiago Peregrino que había pintado en el 2011 y que no recordaba de dónde era. Un Santiago que parece dar la bienvenida de forma más sencilla y cercana que el de la gran catedral de Compostela:
Llegada con lluvia a Arzúa. Albergue atestado de peregrinos (se notaba el estar ya en el Camino Francés y en los últimos kilómetros) y Santiago al alcance.
ETAPA 25: ARZÚA – MONTE DO GOZO - 33,9 Km
Salida todavía de noche y con lluvia de Arzúa. Muchos peregrinos, caminos guapos entre árboles (carvallos, eucaliptos, ...), hórreos, algún cafecito, larga subida hacia el Monte do Gozo, ...
Podría haber llegado ya a Santiago, pero me quedé en el gran (enorme) albergue del Monte do Gozo por varias razones: me gusta llegar a Santiago por la mañana temprano (para tener tiempo para cumplir con todos los ritos), el día siguiente había quedado con mi amigo Pocholo por la tarde, tenía billete de vuelta en tren para dos días después, ... y... daba pena que se terminara el Camino.
Cena multitudinaria en el albergue, con pocos peregrinos conocidos porque se me habían quedado atrás cuando me salté el guión.
Continúa.
ETAPA 1: IRÚN – ORIO - 43 Km.
Dura etapa, como todos los inicios, y con una distancia importante, para ir calibrando mis posibilidades y cogiendo confianza. Llena de momentos memorables: subida y largo flanqueo del Jaizquíbel, cruce en barca por Pasajes (dos barcos más tendría que coger en el Camino de la Costa, con el mar casi siempre muy presente), San Sebastián (nada menos), subida al Monte Igueldo, largo, solitario y precioso camino a Orio, vivac en una iglesia con compañía de dos chicos de Marruecos de botellón, ...
Me quedo con una imagen del único sitio en el que no tuve que andar: el cruce en barca en Pasajes. Mirando hacia atrás (un poco raro con todo lo que tenía por delante) para ver cómo volvía la barquita, en la que acababa de cruzar, para hacer otro viaje:
ETAPA 2: ORIO – DEBA - 27,9 Km.
Etapa de una longitud más “normal”. Continuaba el mar (Zarauz, Guetaria, Zumaya, Deba, ...), pero también bonitos territorios del interior en los que se "disfrutaba" de potentes subidas y bajadas. Encuentro con una persona misericordiosa ("dar de comer al hambriento") y albergue en Deba, porque conviene ducharse de vez en cuando y lavar la ropa.
El Ratón de Guetaria, que se tiene a la vista durante mucho rato: desde algo antes de Zarauz y desde el bonito paseo costero que hay entre Zarauz y Guetaria:
ETAPA 3: DEBA – BOLÍVAR - 28 Km.
Etapa, aunque no muy larga, bastante dura. Terrenos muy solitarios, prácticamente sin pueblos, que obligaban a llevar comida y bebida para todo el día. Fuertes desniveles, comenzando con una dura subida, continuos sube-baja y terminando con otra dura bajada. Me perdí al principio y me reorientaron unos chavales de Motriko. Adiós, de momento, al mar. Comienzo de una preocupante tendinitis en un pie. Encuentro con una carrera de montaña, en la que, muy amablemente, me avituallaron. Sin albergue en Bolívar, pero con un porche muy bueno en la iglesia y una tarde buenísima con un río que me sirvió de bañera y de lavadora de ropa.
Preciosos territorios solitarios, la primavera estallaba con fuerza por todas partes (cerezos y manzanos en flor, hojas nuevas con verdes brillantes, ...), como cuando pasé junto a una casona-torreón llegando a Markina (¡menuda birra cayó!), cerca del final de la etapa:
ETAPA 4: BOLÍVAR – LEZAMA - 39,5 Km.
Etapa muy bonita y muy dura. Dura por los fuertes desniveles a salvar y porque la hice muy larga, casi 40 Km. Salí muy pronto, todavía de noche, poco después de las 5. Algún extravío por territorios complicados, boscosos y no muy bien señalizados. Cafecito en Gernika y más subidas y más bosques. El Amboto a la vista. Comienzo de unas preocupantes ampollas en los pies. Fin de etapa en Lezama (sin albergue) descubriendo lo bien que se duerme bajo un columpio de una zona de juegos de niños.
Una de las zonas intrincadas y de bosque antes de Gernika, con Olave o Marmiz a la vista, poco antes de que me orientara un señor que estaba segando:
ETAPA 5: LEZAMA – NOCEDAL - 32 Km.
Bilbao estaba ya cerca, pero, manteniendo la tónica de dureza (y belleza) del Camino Vasco, no iba a ser sencillo llegar: había que pasar por encima del monte Avril (vecino del Artxanda) y entrar al Botxo desde arriba, por la basílica de Nuestra Señora de Begoña (lo representado en la acuarela).
Encuentro con más gente misericordiosa: un amigo bilbaíno -Alberto, al que había conocido peregrinando por el Camino Francés- me llevó a su casa, donde me tenía preparada ¡una bañera con agua caliente! (buen desquite después de dos días bañándome en un río y lavándome en una fuente), me llevó a comer a un sitio muy agradable y me acompañó hasta Portugalete.
Un buen porche de iglesia en Nocedal para pernoctar.
ETAPA 6: NOCEDAL – PONTARRÓN DE GURIEZO - 38 Km.
Larga andada, todavía de noche, por un camino ciclista-peatonal (“bidegorri”) hasta Ciérvana y la playa de La Arena. Precioso amanecer (“tan hermosa madrugada nunca nadie disfrutara…”, como cantaba Víctor Manuel). Reencuentro con el mar, que seguiría muy presente durante varios días. Entrada en Cantabria y largo paseo costero hasta Castro Urdiales. Cafecito con una vista de lujo, según representa la acuarela y dice la canción (“¡qué bonito es Castrooo…!”). Aún largo recorrido por territorios desconocidos y a veces algo intrincados: Allendelagua, Cérdigo, Islares, … Vistas espectaculares hacia el mar y llegada al Pontarrón de Guriezo, con albergue donde lavar la ropa y el peregrinaje de dos días. Previsión de lluvia para el día siguiente.
ETAPA 7: PONTARRÓN DE GURIEZO – GÜEMES - 45 Km.
Día de mar y campo. Duro comienzo de etapa: de noche todavía y lloviendo fuerte. Estreno de la nueva capa, que funcionó muy bien. Larga andada hasta Laredo por el valle de Liendo. Largo se me hizo también el recorrido por el paseo marítimo de Laredo hasta el Puntal. Agradable encuentro con mi hermano Manolo. Cruce en barco a Santoña. Subida al Brusco acompañado por mi hermano hasta dar vista a la playa de Noja. Largos también los más de 3 Km de playa hasta Noja. Se me ocurrió intentar llegar a Güemes, donde había un buen y famoso albergue: el del Padre Ernesto. Siguiendo con la tónica del día, largo y duro recorrido por terrenos algo confusos, llegando a hacerme en un momento de dudas -atravesando unos prados con pocas señales- las tres preguntas clásicas: ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? Aún no sabía que pocos días después iba a encontrar respuestas muy precisas a las tres preguntas. Llegada por fin a Güemes, con un albergue realmente bueno y original, con muchos peregrinos, muchos más, por cierto, de los que se encontraban por los caminos.
La acuarela es de un momento del largo paseo marítimo de Laredo. Mirando a la izquierda había una enorme cantidad de monstruos de ladrillo y cemento (un anticipo, cuando se construyó, del desmadre urbanístico que iba a haber en España). Pero mirando hacia la derecha, hacia el Cantábrico y el Monte Buciero, la vista era mucho más relajada:
ETAPA 8: GÜEMES – SANTANDER - 11,5 Km.
Por fin una etapa corta para llegar pronto a Santander y disfrutar de ello (y descansar un poco, por fin).
Corto recorrido hasta Somo para coger el barco que, a través de la bahía, me llevaría a Santander. Me gustó mucho entrar a Santander de esa manera porque cuando llegué a vivir allí en 1960 (hasta 1970) lo que más aprecié fue la cercanía del mar (vivíamos en Peña Herbosa) y precisamente su bahía. Recordé la compañía de barcas “Los Diez Hermanos”, que hacían entonces la travesía Santander – Pedreña/Somo.
Me esperaba en el muelle mi hermano Manolo. En una foto suya, conmigo en la cubierta de proa, está basada la acuarela.
En su casa –el mejor “albergue” del Camino- recordé las Obras de Misericordia que estudiamos de pequeños. Especialmente las dos que dicen: “Dar posada al peregrino” y “Dar de comer al hambriento”.
Recorrido nostálgico por Santander (los sitios donde había estudiado, los cines a los que había ido, …), unas birras por la tarde con dos buenos amigos -Edu y Fernando- en el faro de Cabo Mayor y noche agradable con mi hermano y su/mi familia.
ETAPA 9: SANTANDER – CÓBRECES - 42 Km.
Preciosa salida de Santander antes de amanecer (la Catedral en la acuarela).
Alameda de Oviedo, Cuatro Caminos, carretera hacia Asturias… y entonces me di cuenta de repente de A DÓNDE IBA. Fue un descubrimiento deslumbrante. El orden del viaje estaba siendo: Valladolid, País Vasco, Santander y ahora Asturias. Justo, en orden inverso, los sitios por lo que había ido pasando en mi vida, con muchos recuerdos en todos ellos. ¡No iba a Santiago, estaba viajando hacia mi niñez! Entonces supe que cuando llegara a Villaviciosa TENÍA QUE SUBIR A SIETES, al pueblo donde había nacido. Y de momento, eufórico, me puse a cantar “Volver”, de Gardel.
Peñacastillo, Santa Cruz de Bezana, cruce de un puente en Boo de Piélagos –que me recordó a la película “Stand by me”- para ahorrar kilómetros, … Santillana del Mar. En Santillana pensé en quedarme, pero había mucha gente y preferí seguir hasta Cóbreces, con un buen albergue en la abadía cisterciense, muy amablemente atendido por sus monjes.
Asturias estaba ya al alcance, a una etapa.
ETAPA 10: CÓBRECES – COLOMBRES - 39 Km
Amaneció un día muy limpio y, poco después de salir, en un pequeño alto, se me aparecieron espectaculares los Picos de Europa, cuya vista me acompañaría prácticamente todo el día.
Comillas, la Ría de la Rabia (donde vi una "huella" de mi hermano "Toyos"), El Tejo en un alto (muchos Picos en el horizonte), ... y San Vicente de la Barquera con sus mejores galas (en la acuarela):
En Unquera cafecito con "corbatas" (¿qué mejor sitio para comerlas?) y sorprendente, casual y muy agradable encuentro con mi amigo Pocholo, que volvía de los Picos.
Entrada a la "potente y desmesurada" Asturias -como bien me demostraría durante los nueve o diez días siguientes- y albergue en una casa de indianos en Colombres.
ETAPA 11: COLOMBRES – NUEVA - 40 Km.
Avanzando ya por Asturias, con la intención de llegar lo más pronto posible a Villaviciosa. Tierras de indianos, mucho mar (las "30 playas" de Llanes, "bufones"), paisajes cinematográficos, Pendueles, Llanes, Barro, San Antolín de Bedón, ... y "albergue deportivo" (un polideportivo) en Nueva.
ETAPA 12: NUEVA – VILLAVICIOSA - 50 Km.
La etapa más larga de este Camino, porque quería llegar ya a "casa", a “La Villa”.
Madrugué mucho y fui casi de noche hasta Ribadesella. Encuentro con un amigo ciclista. Precioso camino costero - con el que me despedí del mar para el resto del Camino- por una zona muy conocida por la que siempre había querido peregrinar: Arenal de Morís (en la acuarela), La Espasa, La Isla, siempre con Lastres al fondo:
Después, Colunga, Pernús, el potente Altu de la Llera, Priesca con su iglesia prerrománica:
Llegada a Sebrayo, donde hay un albergue y la amable hospitalera me selló la credencial. Desvío (retrocediendo) del Camino unos cientos de metros (el Camino no pasa por allí) para ver la iglesia de Santa María de Sebrayo, prácticamente escondida entre unos eucaliptos:
Últimos kilómetros para llegar a “La Villa”, a donde llegué algo perjudicado (lo remedió un tubo de Natusán). Sellado de la credencial en el Ayuntamiento y "albergue" (muy bien atendido por mi hija Eva y mi yerno Benja) en mi casa.
ETAPA 13: VILLAVICIOSA - SIETES – VILLAVICIOSA - 22 Km.
Desde que descubrí en Santander que, más que un camino a Santiago, estaba haciendo un camino hacia atrás por mi vida, tuve claro que al llegar a Villaviciosa tenía que subir a Sietes, donde había empezado todo para mi.
Subida por el "Camín a Cuadonga" y encuentro en Sietes con mis recuerdos y mi niñez : mis padres, la casita en la que nací, la escuela, ... Emocionante. Descubrí que los sitios son muy distintos -mucho más intensos- cuando se llega a ellos andando. Allí comenzaba un nuevo Camino: el de un pelegrín de Sietes a Santiago. Ya tenía claro quién era, de dónde venía y a dónde iba.
Aproveché la estancia en Villaviciosa (¿qué mejor sitio?) para sidratarme un poco en buena compañía.
ETAPA 14: VILLAVICIOSA – POLA DE SIERO - 26,8 Km.
La iglesia de Santa María de la Oliva, saliendo -en una madrugada lluviosa- de Villaviciosa hacia La Pola, para iniciar el Camino Primitivo:
En el Camino hacia La Pola hay dos opciones, una de ellas parece que es el Camino original, por San Pedro Ambás más o menos, pero la otra -más dura- pasa por Valdediós. Mi guía recomendaba la segunda, y yo también la recomendaría, sin duda, pasando por un verdadero "Valle de Dios" -y más si se llega a él andando ("El Conventín", de Arte Asturiano, en la acuarela)- con una potente salida hacia el Alto de La Campa por Villaoscura y Villarica. Cafecito en Vega de Sariego (es curioso, creo que no había estado nunca allí, o si había estado no me había enterado, en coche no es lo mismo que andando) y parada en Pola de Siero (La Pola), con muy buen albergue (una habitación de hospitalero me dieron, con baño privado) y encuentro con "Manolín el de Pinón" (mi infancia otra vez) de sacristán en La Pola.
ETAPA 15: POLA DE SIERO – ESCAMPLERO - 28,9 Km.
Etapa muy importante del Camino del Norte por pasar por Oviedo, que no sólo es propiamente el inicio del Camino Primitivo, sino que es también meta de otro Camino, el del Salvador: "Quien va a Santiago y no al Salvador, visita al Criado y deja al Señor".
Siempre muy agradable Oviedo para mi, y muchos recuerdos (aquél Instituto en el que me examinaba, aquellos dibujos “a mano alzada”, aquella Pensión Pravia, ...).
Después de un buen rato (visita al Salvador, cafetín, ...) seguí hasta Escamplero -sitio del que nunca había oído hablar-, donde había un albergue. El tiempo complicado -que habían anunciado- ya estaba en marcha, con algún chaparrón fuerte y nieve en las alturas, Monsacro, Aramo, ...
Por la tarde-noche disfruté de otra Obra de Misericordia: Elisa Villa me fue a buscar, me llevo a su casa, "dió de cenar al hambriento" y me devolvió a Escamplero con muchas energías para el Camino Primitivo.
ETAPA 16: ESCAMPLERO – SALAS - 35,5 Km.
Un día precioso, pero duro -con lluvia fuerte, casi constante, y cada vez más nieve en las alturas-, aislado dentro de mi capa como en un mundo aparte.
Cruce de ríos importantes: el Nora, el gran Nalón y el Narcea. Parada reconfortante en Grado (cafecito y quesu de afuega el pitu). El Altu de Cabruñana ("Tengo de cortar un roble, … entre les rames non veo", decía la canción de José Noriega). Bocadillo y una gran caña en Cornellana. Caminos y caleyines ante la vista y bajo los pies, siempre guapos y siempre con abundantes y grandes charcos.
Encuentro en Salas con los "Carajittos del Profesor", de donde me vino mi afición actual a hacerlos (no hay mejores barritas energéticas) una vez que conseguí la receta.
ETAPA 17: SALAS – BORRES - 34,5 Km.
Desde Irún hasta Villaviciosa me había saltado el "guión" (las etapas que marcaba mi guía) varias veces, llegando en 13 etapas, cuando en la guía marcaba 17,5. Una vez en el Camino Primitivo (bien dotado de albergues), me dije que bien podía, a partir de Salas, ceñirme a las etapas marcadas, de modo que me tocaba ir hasta Tineo.
Después de varios días complicados de lluvia, estaba anunciado un día con sol (antes de que volviera de nuevo la lluvia ... y la nieve), que no vendría mal para la dura (pero progresiva y preciosa) subida a las alturas, a La Espina.
Al salir de Salas (no muy pronto, porque hasta Tineo no había muchos kilómetros) ya daba el sol en la colegiata de Santa María la Mayor:
Después de la subida a La Espina, me movería cuatro o cinco días por alturas de 700 - 900 m. y de hasta algo más de 1.100 m.
Se hizo algo larga, pero agradable, la llegada a Tineo (que se esconde detrás de una loma) por aquellos altos territorios. Cuando estaba instalado en el albergue -un buen albergue- y había tomado un café en un bar cercano, de repente me di cuenta -con mucho día por delante- de que hacía muy bueno para seguir andando, que el día siguiente tendría que pasar por un alto de 900 m. y que anunciaban de nuevo lluvia, de modo que ¡volví a saltarme el guión!: recogí todo el material desplegado en el albergue, me hice con un bocadillo, con algo de fruta y con una cerveza, me lo comí en la plaza de Tineo (lo representado en la acuarela), ¡y al Camino de nuevo!
Tarde muy agradable -"disfrutando" de unos 15 Km extra-, con algún encuentro con peregrinos conocidos, y llegada al albergue de Borres.
La etapa siguiente se presentaba dura: habría que subir al techo del Camino, al amenazador (con la meteorología prevista) Puerto del Palo.
ETAPA 18: BORRES – BERDUCEDO - 34,5 Km.
Si empleara el argot ciclista, esta habría sido la "etapa reina" del Camino del Norte: Por alcanzar en ella el "techo" del Camino en los más de 1.100 m. del Puerto del Palo, por pasar por unos territorios salvajes de una belleza espectacular y por tocar hacerla en un día de esos duros, que dan a lo que se hace un aire casi épico.
Lloviendo hasta Pola de Allande, de la que comprendí bien su nombre (allande, allende) al llegar a ella andando. Un cafecito y tremenda y preciosa subida al puerto del Palo -impresionante paisaje desolado- con niebla y nieve en su cumbre, el increíble Montefurado (con antigua historia de peregrinajes) -situado en un inhóspito lugar en medio de ninguna parte-, y acogedor albergue en Berducedo, con muy buen ambiente de varios peregrinos ya conocidos.
En la acuarela, un camino al principio de la subida al Puerto del Palo (la flecha amarilla -amiga de los peregrinos- en una piedra al fondo).
ETAPA 19: BERDUCEDO – GRANDAS DE SALIME - 19,6 Km.
Otro día con lluvia. Etapa corta, pero dura. Paso por La Mesa y subida a Buspol (en la acuarela, una pequeña iglesia cerca de Buspol) para después hacer un fortísimo descenso de unos 800 m. hasta la presa de Grandas de Salime. Sobrecogedor paisaje lleno de "arqueología industrial".
Subida por carretera y por un caminillo empapado de agua hasta Grandas de Salime, con un muy buen albergue.
Al día siguiente entraría en Galicia. Se podían empezar a contar ya los días hacia atrás: si seguía las indicaciones de mi guía me faltarían ocho días.
ETAPA 20: GRANDAS DE SALIME - FONSAGRADA (PADRÓN) - 27,5 Km.
¡Llegada a Galicia!, ni imaginada cuando peregrinaba por los territorios vascos, cántabros, ...
Tiempo más benévolo, ya sin lluvia. Subida fuerte al segundo techo del Camino del Norte, el Puerto del Acebo, casi tal alto como el Puerto del Palo. Celebración de la entrada en Galicia con un café con gotas en una venta en el mismo puerto, con ambiente de peregrinos. Fonsagrada a la vista a lo lejos entre la niebla, acercándose poco a poco, y un día cada vez más soleado. El albergue (bueno -como todos los gallegos- y con el agradable encuentro con varios peregrinos conocidos), en una aldea -Padrón (en la acuarela)- poco más de 1,5 Km después de Fonsagrada.
ETAPA 21: FONSAGRADA (PADRÓN) – CASTROVERDE - 31,8 Km.
Por fin un día despejado, con el cielo limpio, y frío, con escarcha, ideal para andar.
Una nueva subida -casi hasta los 1.000 m- al alto de Montouto, con grandes vistas. Bajada (en la acuarela), con una mañana preciosa, hacia Paradavella.
Inolvidable mesón, con el más generoso café con gotas que he visto nunca. Degolada, A Lastra, problemas con unos perros que me hicieron perder el camino, una gran caña para recuperarme, ... Mi guía daba como fin de etapa Cádabo Baleira, pero en Padrón me había enterado de que había un nuevo albergue ocho kilómetros y medio más allá, en Castroverde. Superación de otro alto -900 m- y fuerte bajada (se terminaban ya los puertos y las grandes alturas) a Castroverde. Lugo quedaba casi al alcance de la mano.
ETAPA 22: CASTROVERDE – LUGO - 23,8 Km.
Preciosa mañana en un día con inversión térmica (niebla en los valles, despejado en los altos) y escarcha en la hierba. Agradable aproximación a Lugo, al que había dejado ya cerca en la etapa anterior para tener tiempo para disfrutar de la ciudad. La quinta y última gran ciudad (capital de provincia) del Camino del Norte (San Sebastián, Bilbao, Santander, Oviedo y Lugo), que tiene una más que el Camino Francés (Pamplona, Logroño, Burgos y León). Con tiempo para rodear la ciudad por su gran muralla, para ver su gran catedral (en la acuarela), para saborear alguna cerveza en algún agradable bar, ... Buen albergue, pero... sin cacharros en la cocina.
En teoría me faltaban sólo cuatro días de Camino, pero me estaba apeteciendo saltarme el guión al día siguiente, casi echaba de menos las incertidumbres de los primeros días de Camino.
ETAPA 23: LUGO – VILAMOR - 41,3 Km.
Primera parte de la etapa, casi desde Lugo, en compañía de tres peregrinos franceses ya amigos. Territorios muy agradables para andar y con pocos desniveles. Según mi guía había que ir hasta un albergue en San Román, pero me apetecía ir más allá, quizá para reducir un día o para reencontrarme con algo de la aventura y la incertidumbre de las primeras etapas. Pasado San Román había otro albergue en Ferreira, poco después de dos variantes que se juntaban en una zona muy bonita con un puente romano (en la acuarela).
Casi todos los peregrinos que conocía se quedaron allí, pero yo -después de una buena cerveza y de comer- seguí. Como en Tineo, hacía muy bueno para seguir andando, y para el día siguiente se anunciaba lluvia. Llegué a otro albergue -en As Seixas-, otra cerveza y continué. Un alto muy bonito de unos 700 m ¡y Melide (enlace con el Camino Francés, con lo ya conocido) a la vista a lo lejos! Al día siguiente -con lluvia- seguro que no tendrían tan buenas vistas. Había que ir buscando sitio para dormir y lo encontré en Vilamor -después de cenar algo en un bar- en una muy buena habitación individual: una parada de autobús (recordé los precarios, aventureros y apasionantes primeros días de Camino).
ETAPA 24: VILAMOR – ARZÚA - 21,5 Km.
Cómodo desayuno "en la cama", en mi "hotel" individual de Vilamor. Confluencia con el Camino Francés en Melide, celebrado con un re-desayuno esplendoroso: café con gotas y... ¡pulpo con Ribeiro! (¿que otra cosa mejor en Melide, sea la hora que sea?). Abundancia de peregrinos, grupo tras grupo, y caminos ya conocidos, pero muy bonitos, acondicionados ingeniosamente para la abundancia de agua en Galicia:
En Boente entré en una pequeña iglesia, a sellar la credencial, y tuve la alegría de encontrarme con un pequeño Santiago Peregrino que había pintado en el 2011 y que no recordaba de dónde era. Un Santiago que parece dar la bienvenida de forma más sencilla y cercana que el de la gran catedral de Compostela:
Llegada con lluvia a Arzúa. Albergue atestado de peregrinos (se notaba el estar ya en el Camino Francés y en los últimos kilómetros) y Santiago al alcance.
ETAPA 25: ARZÚA – MONTE DO GOZO - 33,9 Km
Salida todavía de noche y con lluvia de Arzúa. Muchos peregrinos, caminos guapos entre árboles (carvallos, eucaliptos, ...), hórreos, algún cafecito, larga subida hacia el Monte do Gozo, ...
Podría haber llegado ya a Santiago, pero me quedé en el gran (enorme) albergue del Monte do Gozo por varias razones: me gusta llegar a Santiago por la mañana temprano (para tener tiempo para cumplir con todos los ritos), el día siguiente había quedado con mi amigo Pocholo por la tarde, tenía billete de vuelta en tren para dos días después, ... y... daba pena que se terminara el Camino.
Cena multitudinaria en el albergue, con pocos peregrinos conocidos porque se me habían quedado atrás cuando me salté el guión.
Continúa.
Última edición por Pepe García el Sab Sep 15, 2018 8:12 am, editado 4 veces en total.
- Pepe García
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Re: Camino de Santiago del Norte en acuarelas.
Sigue:
ETAPA 26: MONTE DO GOZO – SANTIAGO DE COMPOSTELA - 4,6 Km.
La etapa más cortita de todo mi Camino. Mirando hacia atrás, me parecían lejanísimos aquellos días por Guipúzcoa, Vizcaya, ... No parecía que formaran ya parte del mismo viaje que ahora iba a terminar.
Agradable entrada en Santiago con las emociones (mezcla de alegría y de tristeza) que conoce bien quien haya hecho alguno de estos largos Caminos.
Por fin -después de algo más de 800 Km-, Santiago en mis ojos, pudiendo decir aquello de "yo he visto cosas...":
Dicen que lo importante es el camino y no la meta, pero Santiago de Compostela es una meta digna de tal Camino. Y, aunque no lo fuera, siempre se podría recordar el poema de Kavafis: "Cuando llegues a Ítaca, si pobre la encuentras, no hubo engaño, Ítaca ya te dio un hermoso viaje".
Un cafecito con gotas y a cumplir con todos los ritos: conseguir la Compostela, abrazar al Santo, dejar los trastos en un albergue, Misa del Peregrino con el Botafumeiro, ...
Al comer, una vieira en el menú para conseguir una nueva concha por si hubiera otro Camino.
Agradable encuentro por la tarde con amigos (Pocholo, peregrinos franceses: Françoise, Henry, Maurice y Marc, …).
Al albergue, y al día siguiente vuelta a casa (no siempre fácil, como bien supo Ulises) en tren, sintiendo ya nostalgia de Caminos. Pero siempre quedarían otros, los Caminos son infinitos y se hacen al andar, como escribió Machado y cantó Serrat.
ETAPA 26: MONTE DO GOZO – SANTIAGO DE COMPOSTELA - 4,6 Km.
La etapa más cortita de todo mi Camino. Mirando hacia atrás, me parecían lejanísimos aquellos días por Guipúzcoa, Vizcaya, ... No parecía que formaran ya parte del mismo viaje que ahora iba a terminar.
Agradable entrada en Santiago con las emociones (mezcla de alegría y de tristeza) que conoce bien quien haya hecho alguno de estos largos Caminos.
Por fin -después de algo más de 800 Km-, Santiago en mis ojos, pudiendo decir aquello de "yo he visto cosas...":
Dicen que lo importante es el camino y no la meta, pero Santiago de Compostela es una meta digna de tal Camino. Y, aunque no lo fuera, siempre se podría recordar el poema de Kavafis: "Cuando llegues a Ítaca, si pobre la encuentras, no hubo engaño, Ítaca ya te dio un hermoso viaje".
Un cafecito con gotas y a cumplir con todos los ritos: conseguir la Compostela, abrazar al Santo, dejar los trastos en un albergue, Misa del Peregrino con el Botafumeiro, ...
Al comer, una vieira en el menú para conseguir una nueva concha por si hubiera otro Camino.
Agradable encuentro por la tarde con amigos (Pocholo, peregrinos franceses: Françoise, Henry, Maurice y Marc, …).
Al albergue, y al día siguiente vuelta a casa (no siempre fácil, como bien supo Ulises) en tren, sintiendo ya nostalgia de Caminos. Pero siempre quedarían otros, los Caminos son infinitos y se hacen al andar, como escribió Machado y cantó Serrat.
Re: Camino de Santiago del Norte en acuarelas.
Pepe, como molan las acuarelas, de verdad eres cojonudo pintando.
Saludos.
Saludos.
- Pepe García
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Re: Camino de Santiago del Norte en acuarelas.
Muchas gracias, Centinela. Espero que se puedan ver pronto "en persona", precisamente casi en el centro del Camino del Norte, en un sitio clave de ese Camino: en Oviedo.
Saludos.
Saludos.
Re: Camino de Santiago del Norte en acuarelas.
Una maravilla contemplar todas las acuarela del camino de Santiago,una cosa mas terminada.Siempre te superas......a ver ahora por donde sigues.
Saludos.
Saludos.
¿ El tiempo es una magnitud exacta o una percepcion subjetiva ? de Einstein
- Pepe García
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- Registrado: Mié Nov 30, 2005 11:38 pm
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Re: Camino de Santiago del Norte en acuarelas.
Muchas gracias, D. Tecla. No faltarán cosas para pintar. De momento voy a tratar de exponer esta serie en Oviedo.
No se me olvida cuando, haciendo ese camino, pasé muy de mañana por tu bar.
Saludos.
No se me olvida cuando, haciendo ese camino, pasé muy de mañana por tu bar.
Saludos.
Re: Camino de Santiago del Norte en acuarelas.
buen día: qué camino más corto....... pero qué bien ilustrado
un abrazo
ángel
un abrazo
ángel
Iñaki, tuviste una tierra preciosa, con grandes habitantes y excelentes amigos.Tu sonrisa nos fascinó y nos animó a todos.La gente te necesitaba.Descansa en paz.
Sergey Bogomolov
Sergey Bogomolov
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