Camino de la Oca (5 Caminos) – Etapa 8
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- Pepe García
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Camino de la Oca (5 Caminos) – Etapa 8
Viene de:
viewtopic.php?f=18&t=31639
29-05-2018: Poladura de la Tercia (6h50') - Bendueños (17h45') - 35,5 Km
Se presentaba la que podría ser, y sí que lo fue, la etapa reina de este Camino. De haber hecho Buiza – Pajares, la guía Gronze la definía como “una de las más bellas y orográficamente más complejas de todas las rutas jacobeas”. Yo ya le había quitado dureza al pasar en la etapa anterior por las Forcadas de San Antón, pero aún faltaba pasar por el techo de este Camino, a 1.568 m, y tenía planeado prolongar la etapa bastante más allá de Pajares. Además me preocupaba subir a esas alturas (prácticamente un recorrido de montaña) habiendo pronosticado Aemet un tiempo tormentoso al 100%, con rayitos y negruras, de lo que ya he tenido alguna escalofriante (con erizado de pelos) experiencia.
De momento no llovía:
Solía levantarme algo más pronto que el resto de los peregrinos (“… nunca te arrepentirás …”) y aquí también lo hice, procurando hacer el mínimo ruido al bajar todos mis trastos a la planta inferior, en la que también hay un lavabo:
Cuando terminé de organizarme y desayunar, aparecieron también los dos peregrinos “albaceteños” (bueno, uno vive en Albacete y el otro, cuñado suyo, creo que vive en otra parte), a los que había visto por primera vez en la etapa León – La Robla. Solían caminar con otro peregrino de Albacete al que habían conocido en este Camino. Majas personas:
Dejando el albergue y pasando junto a la Posada El Embrujo, donde nos habían suministrado la cena:
Un habitante que no me dio guerra:
Se va hacia la parte baja del pueblo cogiendo un tramo de carretera para cruzar el río Rodiezmo y desviarse después a la derecha por un camino en ascenso (con hierba muy mojada):
Hacia la derecha asomaba el Cueto Fontún:
Y atrás iba quedando Poladura de la Tercia (guapo lugar, como todo este precioso valle):
Aquí me lié un poco, las señales me habían metido en unos prados, sacándome del camino de tierra (quizá para atajar algo ….. y de paso empaparme los pies), y por un rato dejé de ver más señales estando a punto de aventurarme a través de los prados, lo que hubiera sido un gran error porque, a fuerza de buscar, gracias al teleobjetivo de la cámara, vi que tenía que volver al camino (saltando con cuidado una cerca que podría estar -según advertían en Internet- electrificada):
Las Tres Marías, allá al fondo a la izquierda, iban a tener el detalle de, a pesar de la niebla, despedirse de mí:
El guapo camino, con buena señalización, iba subiendo poco a poco:
Últimos vistazos al Cueto Fontún y a las Tres Marías:
Por delante, se veía a una persona en el camino. No parecía un peregrino. Resultó ser un señor madrugador del pueblo (muy majo) que andaba a la búsqueda de setas (perretxikos) y a echar un vistazo al ganado:
Mirando hacia atrás, después de un repecho algo potente, se veían tres peregrinos, seguramente los “albaceteños”:
Y mirando a la izquierda, otra agradable aparición, de también buen recuerdo:
viewtopic.php?t=29750
La Barragana:
Por allí andaban los caballos a los que iba a visitar el señor del pueblo:
En un lugar ante una explanada, conocido como el Collado de los Eros, se percibía el camino, que giraba a la derecha y después a la izquierda, siempre en ascenso:
Continúa.
viewtopic.php?f=18&t=31639
29-05-2018: Poladura de la Tercia (6h50') - Bendueños (17h45') - 35,5 Km
Se presentaba la que podría ser, y sí que lo fue, la etapa reina de este Camino. De haber hecho Buiza – Pajares, la guía Gronze la definía como “una de las más bellas y orográficamente más complejas de todas las rutas jacobeas”. Yo ya le había quitado dureza al pasar en la etapa anterior por las Forcadas de San Antón, pero aún faltaba pasar por el techo de este Camino, a 1.568 m, y tenía planeado prolongar la etapa bastante más allá de Pajares. Además me preocupaba subir a esas alturas (prácticamente un recorrido de montaña) habiendo pronosticado Aemet un tiempo tormentoso al 100%, con rayitos y negruras, de lo que ya he tenido alguna escalofriante (con erizado de pelos) experiencia.
De momento no llovía:
Solía levantarme algo más pronto que el resto de los peregrinos (“… nunca te arrepentirás …”) y aquí también lo hice, procurando hacer el mínimo ruido al bajar todos mis trastos a la planta inferior, en la que también hay un lavabo:
Cuando terminé de organizarme y desayunar, aparecieron también los dos peregrinos “albaceteños” (bueno, uno vive en Albacete y el otro, cuñado suyo, creo que vive en otra parte), a los que había visto por primera vez en la etapa León – La Robla. Solían caminar con otro peregrino de Albacete al que habían conocido en este Camino. Majas personas:
Dejando el albergue y pasando junto a la Posada El Embrujo, donde nos habían suministrado la cena:
Un habitante que no me dio guerra:
Se va hacia la parte baja del pueblo cogiendo un tramo de carretera para cruzar el río Rodiezmo y desviarse después a la derecha por un camino en ascenso (con hierba muy mojada):
Hacia la derecha asomaba el Cueto Fontún:
Y atrás iba quedando Poladura de la Tercia (guapo lugar, como todo este precioso valle):
Aquí me lié un poco, las señales me habían metido en unos prados, sacándome del camino de tierra (quizá para atajar algo ….. y de paso empaparme los pies), y por un rato dejé de ver más señales estando a punto de aventurarme a través de los prados, lo que hubiera sido un gran error porque, a fuerza de buscar, gracias al teleobjetivo de la cámara, vi que tenía que volver al camino (saltando con cuidado una cerca que podría estar -según advertían en Internet- electrificada):
Las Tres Marías, allá al fondo a la izquierda, iban a tener el detalle de, a pesar de la niebla, despedirse de mí:
El guapo camino, con buena señalización, iba subiendo poco a poco:
Últimos vistazos al Cueto Fontún y a las Tres Marías:
Por delante, se veía a una persona en el camino. No parecía un peregrino. Resultó ser un señor madrugador del pueblo (muy majo) que andaba a la búsqueda de setas (perretxikos) y a echar un vistazo al ganado:
Mirando hacia atrás, después de un repecho algo potente, se veían tres peregrinos, seguramente los “albaceteños”:
Y mirando a la izquierda, otra agradable aparición, de también buen recuerdo:
viewtopic.php?t=29750
La Barragana:
Por allí andaban los caballos a los que iba a visitar el señor del pueblo:
En un lugar ante una explanada, conocido como el Collado de los Eros, se percibía el camino, que giraba a la derecha y después a la izquierda, siempre en ascenso:
Continúa.
Última edición por Pepe García el Lun Jul 02, 2018 7:03 am, editado 1 vez en total.
- Pepe García
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Re: Camino de la Oca (5 Caminos) – Etapa 8
Sigue:
El zoom de la cámara me mostró una señal, que conocía de Internet, en un paso por una altura previa al Collado del Canto de la Tusa, techo del Camino:
Por detrás, el señor del pueblo con sus caballos:
Y por delante, el paso con un cayado jacobeo de “El Salvador”:
Aún tuvieron el detalle de saludarme por última vez Las Tres Marías. No había comenzado a llover, el estado del tiempo no era preocupante y yo estaba disfrutando mucho de este guapísimo tramo montañero del Camino:
Por detrás, “los albaceteños” con el señor de Poladura de la Tercia:
Última pendiente hasta alcanzar el paso con el cayado jacobeo:
Últimos pasos y metros de desnivel para llegar al techo de este Camino, parece que algún “nederlandés” dejó por allí unas señales:
Y, por fin, creo que -sin que lo haya comprobado- el punto más alto que he alcanzado en mis Caminos, indicado por una especie de ángel hecho con piedras y una señal, e incluso, nieve, para dar mayor empaque a este importante lugar: Collado del Canto de la Tusa, 1.568 m. El momento se merecía estar un rato haciendo unas fotos:
Y vistas hacia el otro lado: el Brañacaballo de nuevo, … y creo que, entre otros, el Estorbín de Valverde, también de buenos recuerdos:
viewtopic.php?t=30959
Ahora ya tocaba bajar, pero no definitivamente, se iba derivando hacia la izquierda para después volver a subir por el camino que se veía al fondo:
Última subida, bastante fuerte, por una pista hasta alcanzar el collado definitivo:
La Cordillera Cantábrica se podía ir dando por superada, pero aún había que cruzar un par de valles (Valle Madera y Valle Majada de las Caballetas) antes de llegar al Puerto de Pajares:
Continúa.
El zoom de la cámara me mostró una señal, que conocía de Internet, en un paso por una altura previa al Collado del Canto de la Tusa, techo del Camino:
Por detrás, el señor del pueblo con sus caballos:
Y por delante, el paso con un cayado jacobeo de “El Salvador”:
Aún tuvieron el detalle de saludarme por última vez Las Tres Marías. No había comenzado a llover, el estado del tiempo no era preocupante y yo estaba disfrutando mucho de este guapísimo tramo montañero del Camino:
Por detrás, “los albaceteños” con el señor de Poladura de la Tercia:
Última pendiente hasta alcanzar el paso con el cayado jacobeo:
Últimos pasos y metros de desnivel para llegar al techo de este Camino, parece que algún “nederlandés” dejó por allí unas señales:
Y, por fin, creo que -sin que lo haya comprobado- el punto más alto que he alcanzado en mis Caminos, indicado por una especie de ángel hecho con piedras y una señal, e incluso, nieve, para dar mayor empaque a este importante lugar: Collado del Canto de la Tusa, 1.568 m. El momento se merecía estar un rato haciendo unas fotos:
Y vistas hacia el otro lado: el Brañacaballo de nuevo, … y creo que, entre otros, el Estorbín de Valverde, también de buenos recuerdos:
viewtopic.php?t=30959
Ahora ya tocaba bajar, pero no definitivamente, se iba derivando hacia la izquierda para después volver a subir por el camino que se veía al fondo:
Última subida, bastante fuerte, por una pista hasta alcanzar el collado definitivo:
La Cordillera Cantábrica se podía ir dando por superada, pero aún había que cruzar un par de valles (Valle Madera y Valle Majada de las Caballetas) antes de llegar al Puerto de Pajares:
Continúa.
- Pepe García
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Re: Camino de la Oca (5 Caminos) – Etapa 8
Sigue:
Al ir perdiendo altura llegó la lluvia, que ya casi no me dejaría durante el resto de la etapa:
Cruce del arroyo del Valle Madera:
Guapo, cómodo y agradable camino, con el Brañacaballo enfrente:
Y, al fin, Arbás del Puerto a la vista:
Más allá de Pajares, las Ubiñas, muchas veces mejor vistas, pero que al menos se me mostraron un poco:
Ahora había que bajar a Arbás del Puerto, en un cómodo descenso por un guapo camino:
El Puerto de Pajares ya cerca. Parece que sería fácil llegar a él, atajando, pero había que pasar por Arbás del Puerto:
La Colegiata de Santa María de Arbás, antiguo hospital de peregrinos (la he visto, y sigo viendo, muchas veces pasando junto a ella en coche, pero verla así es muy distinto). Estaba cerrada y parece ser que cuenta con el sello más antiguo de este Camino. Una lástima, pero, no obstante, iba a conseguir ese sellado poco después:
Y el Bernesga, que me había acompañado desde León y que nace prácticamente en Pajares (de ahí hacia allá las aguas ya se van al Cantábrico), presente hasta el final:
Ültimos metros hasta el Puerto de Pajares, que se escondía en la niebla (ya casi “borrina”, como la llamamos en mi pueblo, ya que era ya casi niebla asturiana):
Más kilómetros que esos se andan por el Camino:
¡Y Asturias!, después de haber andado por León (que me gusta mucho, especialmente su parte norte montañosa) muy a gusto:
Era el momento ideal para hacer una parada -una vez superada la Cordillera Cantábrica y para celebrar la llegada a Asturias- y podía ser un buen sitio el antiguo Parador Nacional, que ahora tiene de nuevo un bar abierto, pero… ¡cierra en martes! (y, parece ser que estábamos en martes):
Afortunadamente sí estaba abierto el otro bar que hay en Pajares (en el que, además, al pedirles el sellado de la credencial, tenían el sello de la Colegiata).
Acogedor lugar, especialmente viniendo de donde yo venía. Sin embargo, nada más entrar, la TV me dio una mala noticia: María Dolores Pradera había muerto. Una pena, apreciaba mucho a esta señora y a sus canciones de siempre. DEP:
Cuando estaba disfrutando de la parada, tuve la agradable sorpresa de la llegada de los tres “albaceteños”, de nombres (que por fin conocí) Jesús, Joaquín y Juan Carlos. Un abrazo si alguna vez llegan a leer esto:
Uno de ellos tuvo una idea que me pareció muy acertada: pedir un orujito. La superación del punto clave del Camino, el cruce de la Cordillera Cantábrica y la llegada a Asturias merecían ser celebradas:
Salimos juntos para, subiendo por detrás del bar, bajar después violentamente (y con bastante lluvia) hacia la carretera:
Continúa.
Al ir perdiendo altura llegó la lluvia, que ya casi no me dejaría durante el resto de la etapa:
Cruce del arroyo del Valle Madera:
Guapo, cómodo y agradable camino, con el Brañacaballo enfrente:
Y, al fin, Arbás del Puerto a la vista:
Más allá de Pajares, las Ubiñas, muchas veces mejor vistas, pero que al menos se me mostraron un poco:
Ahora había que bajar a Arbás del Puerto, en un cómodo descenso por un guapo camino:
El Puerto de Pajares ya cerca. Parece que sería fácil llegar a él, atajando, pero había que pasar por Arbás del Puerto:
La Colegiata de Santa María de Arbás, antiguo hospital de peregrinos (la he visto, y sigo viendo, muchas veces pasando junto a ella en coche, pero verla así es muy distinto). Estaba cerrada y parece ser que cuenta con el sello más antiguo de este Camino. Una lástima, pero, no obstante, iba a conseguir ese sellado poco después:
Y el Bernesga, que me había acompañado desde León y que nace prácticamente en Pajares (de ahí hacia allá las aguas ya se van al Cantábrico), presente hasta el final:
Ültimos metros hasta el Puerto de Pajares, que se escondía en la niebla (ya casi “borrina”, como la llamamos en mi pueblo, ya que era ya casi niebla asturiana):
Más kilómetros que esos se andan por el Camino:
¡Y Asturias!, después de haber andado por León (que me gusta mucho, especialmente su parte norte montañosa) muy a gusto:
Era el momento ideal para hacer una parada -una vez superada la Cordillera Cantábrica y para celebrar la llegada a Asturias- y podía ser un buen sitio el antiguo Parador Nacional, que ahora tiene de nuevo un bar abierto, pero… ¡cierra en martes! (y, parece ser que estábamos en martes):
Afortunadamente sí estaba abierto el otro bar que hay en Pajares (en el que, además, al pedirles el sellado de la credencial, tenían el sello de la Colegiata).
Acogedor lugar, especialmente viniendo de donde yo venía. Sin embargo, nada más entrar, la TV me dio una mala noticia: María Dolores Pradera había muerto. Una pena, apreciaba mucho a esta señora y a sus canciones de siempre. DEP:
Cuando estaba disfrutando de la parada, tuve la agradable sorpresa de la llegada de los tres “albaceteños”, de nombres (que por fin conocí) Jesús, Joaquín y Juan Carlos. Un abrazo si alguna vez llegan a leer esto:
Uno de ellos tuvo una idea que me pareció muy acertada: pedir un orujito. La superación del punto clave del Camino, el cruce de la Cordillera Cantábrica y la llegada a Asturias merecían ser celebradas:
Salimos juntos para, subiendo por detrás del bar, bajar después violentamente (y con bastante lluvia) hacia la carretera:
Continúa.
- Pepe García
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Re: Camino de la Oca (5 Caminos) – Etapa 8
Sigue:
Después del cruce de la carretera (a la que ya se perdería de vista definitivamente, el camino baja por su izquierda), me despedí de ellos. Yo iba un poco más rápido y ellos iban a terminar su etapa en Pajares. No volvería ya a verlos:
Inauguración de un precioso camino asturiano, con un día de esos misteriosos de niebla (“borrina” ya) que tanto me gustan, y con muchas “flores jacobeas” como recibiéndome (no podía dejar de hacer fotos, a pesar de la lluvia):
Los primeros habitantes con los que me encontré:
Continuando la bajada, había una disyuntiva, bien señalizada: hacia la derecha, al pueblo de Pajares, siguiendo de frente, hacia San Miguel, para seguir el Camino:
Camino de ese que me gusta a mí (y sin escasez de agua, que seguía cayendo):
La aparición de ortigas indicaba ya climas más suaves:
Después de una buena bajada, San Miguel del Río a la vista, en el fondo de un valle por el que va el río Valgrande (que más adelante cambiará el nombre a río Pajares):
Era ya hora de comer algo, pero algún habitante que me encontré me dijo que no había ningún bar:
Sobre todo necesitaba bebida, porque bocadillo y fruta de postre ya llevaba. Me indicaron un lavadero próximo en el que había (muy buena) agua:
Hora de comer:
San Miguel del Río visto desde el “comedor”:
Saliendo de San Miguel del Río:
Continúa.
Después del cruce de la carretera (a la que ya se perdería de vista definitivamente, el camino baja por su izquierda), me despedí de ellos. Yo iba un poco más rápido y ellos iban a terminar su etapa en Pajares. No volvería ya a verlos:
Inauguración de un precioso camino asturiano, con un día de esos misteriosos de niebla (“borrina” ya) que tanto me gustan, y con muchas “flores jacobeas” como recibiéndome (no podía dejar de hacer fotos, a pesar de la lluvia):
Los primeros habitantes con los que me encontré:
Continuando la bajada, había una disyuntiva, bien señalizada: hacia la derecha, al pueblo de Pajares, siguiendo de frente, hacia San Miguel, para seguir el Camino:
Camino de ese que me gusta a mí (y sin escasez de agua, que seguía cayendo):
La aparición de ortigas indicaba ya climas más suaves:
Después de una buena bajada, San Miguel del Río a la vista, en el fondo de un valle por el que va el río Valgrande (que más adelante cambiará el nombre a río Pajares):
Era ya hora de comer algo, pero algún habitante que me encontré me dijo que no había ningún bar:
Sobre todo necesitaba bebida, porque bocadillo y fruta de postre ya llevaba. Me indicaron un lavadero próximo en el que había (muy buena) agua:
Hora de comer:
San Miguel del Río visto desde el “comedor”:
Saliendo de San Miguel del Río:
Continúa.
Última edición por Pepe García el Lun Jul 02, 2018 7:13 am, editado 1 vez en total.
- Pepe García
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Re: Camino de la Oca (5 Caminos) – Etapa 8
Sigue:
Al poco de salir de San Miguel del Río hay que abandonar por la izquierda la carretera (que aparentemente va siguiendo el río hacia Puente de los Fierros) para acometer un potente ascenso hacia el caserío de Santa Marina, por la ladera opuesta a por la que baja la carretera de Pajares (parece que por ahí iba el camino tradicional):
Y, una vez encaramados en la ladera opuesta a la de la carretera de Pajares, hay que avanzar por ella hacia el pueblo de Llanos (?) de Somerón, que se ve allá a lo lejos (bastante lejos, salvo que se mire con el zoom):
Trabajosa la larga travesía a media ladera hacia Llanos de Somerón, con frecuentes subidas y bajadas bastante fuertes y mucha humedad en la hierba alta (además de la lluvia), que me fue empapando los pantalones -a pesar de llevarlos cortos- y me obligó a proteger con bolsas de plástico las cosas de los bolsillos (monedero, móvil, …).
A pesar de todo ello el camino es precioso:
Por fin, Llanos de Somerón. Al llegar, me encontré con un señor y le pregunté si lo de “llanos” era una broma. Me contestó: “¡El pueblu ye llanu!”. Bueno… sí:
Los hórreos indicaban que ya, sin duda, estábamos en Asturias. Por cómo los tienen “acondicionados” se entiende que su función actual ya no debe ser preservar cosechas de los ratones:
Desde Llanos de Somerón una cómoda carreterilla va bajando hacia Puente de los Fierros (en la ladera opuesta se va viendo la carretera que baja de Pajares):
Pero nadie había dicho que este Camino iba a ser fácil: poco antes de llegar a Puente de los Fierros hay que salir de la carreterilla, cogiendo un desvío a la izquierda, por otro guapo (y trabajoso y húmedo) senderillo que vuelve a ir ascendiendo por la ladera mientras Puente de los Fierros (con el río Pajares, la carretera nacional y las vías del tren) va quedando abajo y a la derecha:
Continúa.
Al poco de salir de San Miguel del Río hay que abandonar por la izquierda la carretera (que aparentemente va siguiendo el río hacia Puente de los Fierros) para acometer un potente ascenso hacia el caserío de Santa Marina, por la ladera opuesta a por la que baja la carretera de Pajares (parece que por ahí iba el camino tradicional):
Y, una vez encaramados en la ladera opuesta a la de la carretera de Pajares, hay que avanzar por ella hacia el pueblo de Llanos (?) de Somerón, que se ve allá a lo lejos (bastante lejos, salvo que se mire con el zoom):
Trabajosa la larga travesía a media ladera hacia Llanos de Somerón, con frecuentes subidas y bajadas bastante fuertes y mucha humedad en la hierba alta (además de la lluvia), que me fue empapando los pantalones -a pesar de llevarlos cortos- y me obligó a proteger con bolsas de plástico las cosas de los bolsillos (monedero, móvil, …).
A pesar de todo ello el camino es precioso:
Por fin, Llanos de Somerón. Al llegar, me encontré con un señor y le pregunté si lo de “llanos” era una broma. Me contestó: “¡El pueblu ye llanu!”. Bueno… sí:
Los hórreos indicaban que ya, sin duda, estábamos en Asturias. Por cómo los tienen “acondicionados” se entiende que su función actual ya no debe ser preservar cosechas de los ratones:
Desde Llanos de Somerón una cómoda carreterilla va bajando hacia Puente de los Fierros (en la ladera opuesta se va viendo la carretera que baja de Pajares):
Pero nadie había dicho que este Camino iba a ser fácil: poco antes de llegar a Puente de los Fierros hay que salir de la carreterilla, cogiendo un desvío a la izquierda, por otro guapo (y trabajoso y húmedo) senderillo que vuelve a ir ascendiendo por la ladera mientras Puente de los Fierros (con el río Pajares, la carretera nacional y las vías del tren) va quedando abajo y a la derecha:
Continúa.
Última edición por Pepe García el Dom Jul 01, 2018 10:06 pm, editado 1 vez en total.
- Pepe García
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Re: Camino de la Oca (5 Caminos) – Etapa 8
Sigue:
Paso por la pequeña aldea de Fresnedo:
Aún quedaba un largo flanqueo – unos largos 5 Km- por la ladera (guapo, trabajoso, muy húmedo y con buenas vistas, como lo anterior) hasta Herías, pasando de entrada por su pequeño cementerio:
En Herías el Camino continuaría, pero, para ir al albergue de Bendueños, hay que abordar un desvío de 1,5 Km en fuerte (bastante fuerte) ascenso:
Llamando por teléfono a la hospitalera de Bendueños, recoge aquí a los peregrinos y los lleva en coche hasta el albergue (tal como me había dicho el día anterior cuando hablé con ella), pero yo me hubiera sentido incómodo (como si hiciera trampa) montando en un coche y tampoco quería incordiarla, así que ¡a subir! Midiendo el desnivel y la distancia con el reloj, se suben algo más de 100 m. en 600 m., lo que da una pendiente aproximada (no sé si el reloj mide la distancia real, la hipotenusa, o la proyectada, el cateto) del 17%:
Se puede descansar un rato rezando una Salve (si se recuerda la oración):
Por fin, se abre el horizonte y aparece Bendueños:
Un pueblo y en un lugar como de cuento:
A la salida del pueblo por el otro lado está el Santuario de la Virgen de Bendueños, de antigua historia y tradición peregrina (aunque actualmente el Camino de El Salvador no pase por él):
Continúa.
Paso por la pequeña aldea de Fresnedo:
Aún quedaba un largo flanqueo – unos largos 5 Km- por la ladera (guapo, trabajoso, muy húmedo y con buenas vistas, como lo anterior) hasta Herías, pasando de entrada por su pequeño cementerio:
En Herías el Camino continuaría, pero, para ir al albergue de Bendueños, hay que abordar un desvío de 1,5 Km en fuerte (bastante fuerte) ascenso:
Llamando por teléfono a la hospitalera de Bendueños, recoge aquí a los peregrinos y los lleva en coche hasta el albergue (tal como me había dicho el día anterior cuando hablé con ella), pero yo me hubiera sentido incómodo (como si hiciera trampa) montando en un coche y tampoco quería incordiarla, así que ¡a subir! Midiendo el desnivel y la distancia con el reloj, se suben algo más de 100 m. en 600 m., lo que da una pendiente aproximada (no sé si el reloj mide la distancia real, la hipotenusa, o la proyectada, el cateto) del 17%:
Se puede descansar un rato rezando una Salve (si se recuerda la oración):
Por fin, se abre el horizonte y aparece Bendueños:
Un pueblo y en un lugar como de cuento:
A la salida del pueblo por el otro lado está el Santuario de la Virgen de Bendueños, de antigua historia y tradición peregrina (aunque actualmente el Camino de El Salvador no pase por él):
Continúa.
Última edición por Pepe García el Lun Jul 02, 2018 7:18 am, editado 1 vez en total.
- Pepe García
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Re: Camino de la Oca (5 Caminos) – Etapa 8
Sigue:
Y, justo enfrente del santuario, está el albergue, un albergue sumamente acogedor y agradable. Según muchas opiniones, uno de los mejores albergues (hay quienes dicen que el mejor) de los Caminos de Santiago, no sólo por el albergue en sí sino también por la amabilidad y las atenciones de Sandra, su hospitalera. Desde luego merece de sobra el desvío y me alegré mucho de haberlo conocido:
Había otros cinco peregrinos, tres de ellos extranjeros. Poco después de llegar yo conocí a Sandra, que llegó con la cena, muy rica (y todo ello por “la voluntad”). Se volvió a ir enseguida (porque creo que tiene un niño pequeño) no sin antes ofrecerse a bajar a Herías a quien quisiera a la mañana siguiente (yo lo tenía claro):
Un lugar que merece la pena conocer:
Sumamente acogedor (hasta con chimenea, en la que pude secar algo las humedades):
Había sido una etapa dura, muy bella e inolvidable (así me ha salido de largo su relato).
La llegada a Oviedo estaba ya garantizada, con una etapa previa hasta Mieres sin parar en la Pola de Lena.
Continúa en:
viewtopic.php?f=18&t=31647
Y, justo enfrente del santuario, está el albergue, un albergue sumamente acogedor y agradable. Según muchas opiniones, uno de los mejores albergues (hay quienes dicen que el mejor) de los Caminos de Santiago, no sólo por el albergue en sí sino también por la amabilidad y las atenciones de Sandra, su hospitalera. Desde luego merece de sobra el desvío y me alegré mucho de haberlo conocido:
Había otros cinco peregrinos, tres de ellos extranjeros. Poco después de llegar yo conocí a Sandra, que llegó con la cena, muy rica (y todo ello por “la voluntad”). Se volvió a ir enseguida (porque creo que tiene un niño pequeño) no sin antes ofrecerse a bajar a Herías a quien quisiera a la mañana siguiente (yo lo tenía claro):
Un lugar que merece la pena conocer:
Sumamente acogedor (hasta con chimenea, en la que pude secar algo las humedades):
Había sido una etapa dura, muy bella e inolvidable (así me ha salido de largo su relato).
La llegada a Oviedo estaba ya garantizada, con una etapa previa hasta Mieres sin parar en la Pola de Lena.
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Última edición por Pepe García el Mié Jul 04, 2018 5:13 pm, editado 1 vez en total.
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