viewtopic.php?f=18&t=31625
23-05-2018: Castromonte (6h) - Villalón de Campos (16h30') - 44,3 Km
No tenía muy claro hasta dónde llegaría en la etapa ni dónde me uniría en la siguiente etapa al Camino Francés, si en Sahagún o más a la izquierda (oeste). En cualquier caso, la etapa sería previsiblemente larga, así que una vez más convenía madrugar.
Si Castromonte estaba solitario, mucho más a aquella hora:


Castromonte se fue quedando atrás, después de cruzar el río Bajoz:

Parece que había un camino casi paralelo a la carretera, pero la hierba estaba húmeda y la carretera no parecía que tuviera circulación, y menos a aquella hora, así que decidí tirar por ella, avanzando muy rápido:

Después de una recta muy larga, llegó un cambio de rasante y pareció apreciarse Medina de Rioseco allá al fondo:

Aplicando el potente zoom de la nueva cámara, así era. Pero había que andarlo:

El cielo por la derecha parecía presagiar tormenta (que Aemet venía anunciando) y no dejar que el sol se asomara:

Encuentro con un pueblo que no conocía, a pesar de estar tan cerca de Valladolid: Valverde de Campos. Nunca había ido por esa carretera:



La amapolas parecían ir a ser las reinas del paisaje en este Camino. Quizá un efecto de las últimamente abundantes lluvias:

Medina de Rioseco ya más cerca:

“Cielo empedrado, suelo mojado”, decía mi padre, y, efectivamente, el sol no iba a agobiar este día:



¿Quizá un símbolo de lo que ocurre o puede ocurrir con la escuela pública?:

Salida a la carretera que llega desde Valladolid, por la que hay bastante menos distancia que la que yo llevaba recorrida. Y también para llegar a León recorrería más que esos 97 Km:

Entrada a Medina de Rioseco cruzando el río, cómo no, Sequillo:

Cuando se va andando a los sitios siempre se ven cosas que se pasan por alto cuando se va en coche. Un monumento a la batalla de Moclín, que ocurrió por aquí en la Guerra de la Independencia. Un desastre de los ejércitos españoles con una gran mortandad:


El guapo interior de Medina de Rioseco (por el que tampoco se pasa en coche):




La curiosa leyenda del “Cocodrilo del Sequillo”:


Atravesando Medina, en busca de un bar, que ya era buena hora (y distancia recorrida) para el café mañanero:



Y por fin un bar abierto. Intenté comprar una “Marina”, unos pasteles muy ricos, típicos de Medina de Rioseco, pero me dijeron que abrían mucho más tarde. Bueno, tenía mis Carajitos. Sí aproveché para comprar algo de comida, porque veía bastante probable que ese día tocara comer por el camino:

Continúa.